Sencilla en su presentación, la película de Ana Guevara y Leticia Jorge Romero no muestra mucho, pero invita a explorar cada detalle. La observación astuta se convierte en un ejercicio simple en lugar de una mera jactancia.
Con un par de chicas Disney, el director de 'Gummo' realizó una de las películas más audaces y perspicaces que se han visto en mucho tiempo. Esto generará un gran desconcierto.
Felicidad y decepción: tras demostrar, a lo largo de gran parte de la película, que ese modelo no tiene fecha de caducidad, el final de 'Super 8' resulta ser un desconcierto, ya que un globo mal atado se desinfla de repente.
Si 'Melody' estableció una clásica oposición entre el romanticismo juvenil y la represión del mundo adulto de una manera tan ingenua como duradera, el nuevo trabajo del director de 'Chicos ricos' sigue esa línea pero con una notable perspectiva provincial.
Aunque siga los tradicionales elementos de la comedia de iniciación, el filme con Alejandro Tocar sorprende en su desarrollo. En él, el deseo sexual actúa como el motor de la vida de un joven judío.
La película comienza en un tono sobrio y contenido, y termina entre lágrimas y gritos, como si cortándola por la mitad se obtuvieran dos films contrapuestos.
Este edificio narrativo, deliberadamente reducido a sus cimientos, corre peligro de tambalear por obra de una resolución que es como un ladrillo mal colocado, por obra de dos o tres torpezas fácticas, que tienen lugar en los momentos culminantes.
Quiere ser comedia y no puede. No tiene gracia, la comicidad es forzada, no logra dar con la fluidez necesaria y en ocasiones las escenas se cortan cuando deberían continuarse.
Los lastres de este tipo de películas, como el enfoque de psicodrama, la exploración de temas "importantes" y la insistente reducción a un único tema, en este caso la maternidad, son equilibrados en la primera parte por el tratamiento sutil, la excelente dirección de las actrices y la atención minuciosa a los detalles que García impone.
'Un sueño posible' es la más reciente de estas fábulas, que en otra época llenaban los especiales de televisión conocidos como “la película de la semana”. En esta ocasión, la actuación de Sandra Bullock, considerada la novia de América, logra atraer al público y hasta aspirar a un Oscar.
En su sutil llamado a la reflexión, inducido por un tempo narrativo que invita a la contemplación, 'Anunciaron tormenta' permite restablecer la lógica de esa imagen como un ícono del colonialismo blanco.
Concéntrense en aquello que a la película le interesa: las set pieces de duración y detallismo maratónicos, en las que se comparte con el espectador la infinitesimal preparación e inexorable ejecución. Quale filma los preliminares a la manera de Brian de Palma.
En términos dramáticos, la película deja en claro su mensaje, al igual que los lazos simbólicos que unen a las mujeres, o también se adentra en la farsa más evidente.
El brillante ajedrecista estadounidense es un personaje complejo y escurridizo, especialmente si se lo analiza con enfoques tradicionales. La primera hora del film, aunque lucha por establecerse como un biopic, logra recobrar fuerza durante el encuentro por el título mundial.
Para que el melodrama trascienda la historia, como ocurría en la versión de Cukor, debe reflejar una cuestión de vida o muerte. En esta película, no se percibe esa sensación de riesgo, de fatalidad o de destrucción; todo parece tener una solución sencilla.
La nueva película del director de 'Mi mundo privado' se suma a su filmografía con un enfoque más accesible al estilo hollywoodense, que ya cuenta con varias obras que abordan temas de sanación y asimilación.
Dueño de una de las carreras más admirables que cualquier actor en actividad pueda exhibir en Hollywood, tras casi cuarenta años de ninguneo académico, Bridges se luce como un cantante country en decadencia.