Ian Nathan

Amadeus' presenta los detalles de la época -impresionantes trajes, diseño de producción, música sublime- con inteligencia penetrante y seriedad temática.

Que sea estúpida no quiere decir que sea aburrida. Aunque su premisa y su reparto son absurdos, es un thriller que mantiene un ritmo ágil.

Es tan sutil como la peste. Pero funciona

Un clásico de horror de los 50 que sigue siendo una joya de la paranoia alegórica.

Esta primera secuela logró mantener un grado de credibilidad y lógica interna, ofreciendo una continuidad satisfactoria a la historia original.

Tiene sus encantos; los efectos son impresionantes y las escenas son adecuadamente épicas. Sin embargo, no logra alcanzar el nivel de otras películas del género de fantasía.

Un éxito incondicional que mezcla el ingenio de Nueva York con una narración atemporal; es una obra arriesgada que no lo parece.

No importa lo bien vestida que esté: no puede huir del tirón gravitacional de la fórmula. Sin un subtexto convincente, es bastante aburrida, además

Grodin está especialmente bien en su papel. Se presenta una versión magistral de la clásica historia de una pareja unida por el destino.

Esta película, a pesar de su apariencia de ciencia ficción, desperdicia la oportunidad de presentar criaturas fascinantes ya que aparenta tener un mensaje significativo.

Como propuesta ligera y amable para toda la familia, funciona, pero no esperes nada más.

Una hilarante comedia que a los niños les encantará y que a los adultos tampoco les importará verla con ellos

Es fascinante y digresiva. Echarás de menos las canciones, pero aquí no pintan nada.

Posiblemente, de lo mejor de Ferrara, con una interpretación casi insoportablemente sincera de Keitel.

Un western bastante rutinario que supone un decepcionante canto del cisne para Hawks. Pero sigue siendo entretenido, si te gustan este tipo de cosas.

Comedia a la antigua usanza con soberbias interpretaciones y un vistazo reflexivo al mundo del periodismo

Scott deja de lado su pirotecnia visual para ofrecer algo calmado y discretamente devastador. No podemos revelar nada, pero el guion es ingenioso.

Una desafiante y a veces delirante experiencia cinematográfica. La reinvención de la franquicia de Max es un triunfo que combina una imaginación desbordante, acción impresionante, humor peculiar y actuaciones destacadas en medio de un torbellino.

Una mezcla tensa e inteligente de thriller de gangsters, historia de amor y exploración de la clase, la raza y la sexualidad.

La película más tonta en la que Clint Eastwood ha puesto su nombre.