Rob Minkoff, a pesar de seguir en gran medida la estructura de sketches de la obra original, ha logrado encontrar en la narrativa histórica la mejor forma de contar su historia.
Attal expone de manera muy inteligente todas las aristas y falsedades del consentimiento, así como el peligro de los juicios sociales y virtuales apresurados. Además, sitúa al espectador en la posición de jurado.
Es aséptica, va directa a los hechos y no se entretiene demasiado en el resto. No hay espacio para el morbo ni la especulación. Presenta un 'Spotlight' francés que pone aún más énfasis en las víctimas.
Zanetti logra convertir el sufrimiento en luz y ofrece una perspectiva renovada sobre su familia, liberando a Lola, interpretada magistralmente por la talentosa Maite Aguilar, de la culpa que la perseguía por su deseo de marcharse a Alemania.
Una idea de conexiones químicas que a Tanne le sirve de excusa para transiciones coloristas y una reflexiva voz en off, la del perdido protagonista, cliché inseparable propio de su edad.
Al debut en solitario de Gerwig como directora se aprecian los 10 años que la actriz ha pasado coescribiendo guiones. Su voz como cineasta se hace cada vez más evidente y se posiciona para figurar en las listas de películas imprescindibles antes de los 30.
Al intentar abordar los estereotipos con cierta ironía y humor, 'Dope' termina por sucumbir a algunos de ellos. Su mensaje y enfoque final resultan confusos, aunque es justo reconocer su tono adolescente noventero y su auto-burlas.
La sutileza, lo que queda fuera de plano, lo que no se dice y las elipsis dirigen la narración de esta ópera prima firmada y filmada por otros dos amigos.
Lo positivo de 'Güeros', la ópera prima de Alonso Ruizpalacios, es que evita caer en el moralismo y opta por una aproximación paródica. Ofrece así una visión divertida y en blanco y negro de la juventud mexicana que se siente perdida.