Un emotivo retrato de personaje, es su trabajo menos afinado de Ball y, a pesar de ello, resulta disfrutable y esperanzador en tiempos de separación familiar.
La música guía la narrativa de la película, lo que es suficiente para que los admiradores de Queen, así como aquellos que, aunque no lo deseen, conocen las letras de sus grandes éxitos, disfruten de un momento pleno que culmina de manera espectacular.
Delpy tenía la intención de rendir homenaje a su madre, pero su principal desafío fue condensar todos esos recuerdos en un lapso de dos horas. Esto resulta en una falta de enfoque, ya que la película se desarrolla completamente en un flashback, y la justificación para narrarlo se siente inverosímil.
Joanna Hogg cierra con una secuela perfecta. ¿Qué es lo que le brinda felicidad a Julie? "Que la gente no se olvide de la película cuando aparecen los créditos finales". Felicidad alcanzada.
Un coming-of-age creativo. Es un despertar al arte interpretado por una sorprendente y debutante Honor Swinton Byrne, que se mide en pantalla ni más ni menos con su madre. Lo mejor es cómo acaba.
Hancock logra generar momentos de tensión, enfocándose más en las actuaciones de sus actores que en una trama cuidadosamente elaborada o en una dirección audaz.
Trae aquel caso de 1996 a una actualidad muy oportuna. En ello reside su gran valor, y en un reparto que defiende la frialdad y a veces pesadez de un drama judicial.
La pericia de la directora al capturar las impresionantes vistas de Katmandú y el Himalaya, junto con la notable evolución de Verónica Echegui como actriz, superan cualquier prejuicio sobre ver un Españoles en el mundo.
O’Connor se esfuerza por dotar a la película de una coherencia superior a la de la serie de thrillers de acción lanzados en los últimos años. En algunos momentos logra alcanzarlo.
A la media hora de la película, durante su pase en el Festival de Toronto, algunos espectadores empezaron a abandonar la sala. La entrada triunfal de Claire Denis al género es compleja, controvertida y confusa, lo que deja sin un rumbo claro a la trama.
El escenario ofrece una excelente oportunidad para generar tensión. Todos conocen las reglas, que sin duda involucran abundante sangre y emocionantes persecuciones.
Totalmente previsible, porque no se sale ni un ápice del sentido habitual de estas historias, intenta trasladar un mensaje de éxito sano a la audiencia a la que encontrará más entretenida esta película.
Un drama complicado, conmovedor y educativo. Edgerton demuestra una vez más su habilidad detrás de la cámara, reafirmándose como un director de gran sensibilidad y capacidad para dirigir actores.
Una tensión que Vinterberg rueda a pulso, con luz justa, traspasando el frío y la humedad de tantas horas bajo el agua. El objetivo de la película es contar la verdad de esos (melo)dramas personales.
Si el actor se despide con 'The Old Man & The Gun', será la mejor despedida posible. El resultado es tan divertido, único y emotivo como Redford probablemente deseaba. Es un claro homenaje a él y a su cine.
Demange quedó deslumbrado con una historia que tenía todos los ingredientes de un filme criminal, pero se preocupa más por estilizarlo que por explorar las raíces del problema, lo que podría haber otorgado a la película un mayor interés cinematográfico, político y social.
Hall desgrana bien el drama, sentimental pero efectivo. Sin embargo, el sarcasmo de su ‘Thank You For Your Service’ se desvanece al no señalar a los verdaderos culpables.