Un protagonista en una de sus mejores interpretaciones, Ben Foster entregándose por completo, pero la fotografía carece de profundidad. Todo lo que observamos ya era conocido, y Frears una vez más no profundiza para revelar algo más.
Fisher Stevens sorprende con este drama social que sigue todas las reglas del cine indie de bajo presupuesto, a pesar de contar con una estrella como Justin Timberlake.
Es una comedia romántica vibrante que se desarrolla en torno a un macguffin muy millennials, adornada con un toque de purpurina. Esta película tiene el potencial de convertirse en una de esas imprescindibles que deberías ver antes de llegar a los 30.
Es la tercera vez que Tom McCarthy nos presenta una historia extrapolada de la normalidad y logra que nos sintamos emocionados y cautivados por la soledad de sus personajes.
Fresca, ligera y sorprendente, con diálogos cínicos y ágiles que abordan las relaciones de manera inteligente, además de contar con interpretaciones excepcionales.
La séptima película de Sofia Coppola parece ser la más ligera, pero realmente sorprende con este romance que, en esencia, se desarrolla entre un padre y su hija.
De una historia sencilla, con colores y luces almodovarianos y televisivos, sale una comedieta sembrada a ratos y con menos momentos de vergüenza ajena de los esperados.
Si el cine es una suerte de hipnosis, Berger es el perfecto hipnotizador y su tercera película no quiere cínicos, sino creyentes en la magia, en el espectáculo y en dejarse llevar en el viaje.
Comedia gamberra. Al más puro estilo 'Airbag' o del Guy Ritchie previo a 'Sherlock Holmes', aunque no logra igualar a ninguna de las dos. Carece de los recursos del segundo y no alcanza el nivel desenfrenado de la primera.
Un proyecto que a primera vista parece simple, sin arriesgar en su narrativa, se revela como un desafío que no resulta fácil de abordar. Un encantador debut tras las cámaras de Robin Wright.