Su estructura de manual de guion, con frase clave en el momento climático, empequeñece un conjunto sobrio, que da la vuelta a la historia de Bonnie y Clyde.
Dirigida con una pulcritud e impersonalidad características por el experimentado Rob Marshall, esta película se asemeja mucho en estructura a la original. En lugar de adoptar un enfoque más moderno en lo técnico, opta por conservar un estilo retro.
Un trabajo notabilísimo en torno a la estética, la ética e incluso la legitimación de la barbarie por medio de temáticas y desarrollos, como una pieza más del mecano del genocidio.
Pedestre en su narrativa y en su producción, el tono de folletín familiar con risibles toques de espionaje bélico y hasta de thriller de intriga exhibe una atroz inconsistencia. El ritmo es tan lento que desanima, y la puesta en escena resulta vulgar.
Incuestionable heredera de 'Pa negre', esta película se presenta como una obra destacada. La producción es impecable, complementada por sobresalientes elementos formales y artísticos. Se trata de una gran representación de la Guerra Civil.
La contrapartida de una película sin estilo sobre un escritor de estilo único, quizá el mayor de sus defectos, es que, a pesar de todo, la historia es siempre interesante por cada acera vital por la que pasa.
Quizá demasiado larga en cuanto a metraje, pero con un notable nivel medio, la película, desde luego, quedará en la retina por la valentía de un instante eterno.
Ya no se hacen películas así. Y eso convierte a Woody Allen en un director único. Es una nueva demostración de libertad; también de trascendencia a partir de la sencillez, de complejidad desde la ausencia de afectación.
Un guion tramposo en el que se introduce el típico personaje que todo lo sabe y todo lo explica, perfecto para no complicarse una narración en la que, sello de estilo, se pasa por encima de los temas problemáticos.
Hay películas que nacen viejas antes de empezar. Una narración rancia acompañada de un simple bosquejo de la figura de un gran cómico del cine popular.
Un cargamento de lugares comunes alrededor de los triángulos amorosos, el maltrato animal y la violencia de género. Poco hace para escapar del cliché, tanto en su engranaje general como en el secuencial.
Un producto de calidad, de primoroso acabado, aunque en ocasiones más aparente que solvente. Lo tiene todo para triunfar: una historia de superación, excelentes diálogos, ironía, delicadeza, emoción, ligereza.
Hasta la aparición del amante de la mujer, la película avanza con fuerza y convicción, destacando por sus excelentes interpretaciones. Sin embargo, en el tercio final, Sneider pierde un poco el tono en la puesta en escena, enfatizando el elemento de folletín.
En la primera mitad, la película avanza de manera constante, exhibiendo una notable mesura, con altura dramática y un impacto visual poderoso. Sin embargo, el tercio final resulta ser más decepcionante.
Dos películas en una. La primera es una obra histórica convencional, más académica que clásica, pero en modo alguno despreciable. La segunda es emocionante hasta rozar las lágrimas.
Fría y certera radiografía de la reunión que llevó al Holocausto. Matti Geschonneck asume con buen criterio que no puede hacer nada en su puesta en escena que enturbie la gelidez de las palabras y los planes de aquellos hombres.