El director ha compuesto una película extraña, pero casi siempre fascinante, y desde luego chocante: un relato sobre la toma de los espacios abiertos, articulada en base a encuadres muy cerrados y a primerísimos planos.
Aunque en ella haya ideas narrativas relacionadas con el cine de espionaje e incluso con cierto cine político, el destinatario final es el amante del ballet. Es finalmente un relato de amor al arte.
La película se aleja del relato épico habitual, y su director logra despejar lo más elemental y superfluo, enfocándose en desarrollar lo más interesante. Además, cuenta con un elenco excepcional donde cada intérprete brilla en su papel.
Algo añeja en la forma, la película se aleja de cualquier maniqueísmo. Su carácter excessivamente expositivo tiene una innegable contrapartida: se convierte en profundamente didáctica.
Interesantísima lejos de la hagiografía, experimentar en el cine las vivencias de alguien como ella [Hannah Arendt] es un agradecido volcán de sabiduría.
Aunque el relato se devalúa un tanto con un último acto cogido con alfileres, la película recupera el estilo sombrío, pausado y profundo del espionaje de los años sesenta y setenta.
Excelente película. Es fina y sutil, al igual que cualquier episodio de la magnífica serie 'Mad Men', con la que comparte sofisticación, calidad y profundidad en la reflexión.
Es uno de esos relatos mil veces contados que, cuando se desarrollan bien, siguen teniendo plena vigencia. (...) Pool nunca subraya, manteniendo el texto alejado del ternurismo.
Fincher vuelve a poner patas arriba el género con la, digámoslo ya, obra maestra 'Zodiac', reinvención del asesino en serie desde la vía de la austeridad, desde la óptica del compromiso total del autor con el material que está manejando.
Kapakas utiliza el látigo más para acariciar que para castigar. Su obra presenta un costumbrismo amable, enriquecido con toques de surrealismo onírico.
La adaptación no logra captar la esencia del original. Carece de la oscura y cautivadora suciedad, así como del humor estrambótico que lo caracterizaba. Además, el tono es notablemente más cándido, familiar y menos atrevido.
Vino con la vitola de mejor película independiente de 1997 en USA y una aceptable taquilla, a pesar de su modesto presupuesto. Pero tiene vocación de telefilme y cuenta en off más de los que muestra en pantalla: Mal detalle