No es una mala película, ni mucho menos. Es digna, correcta. Da lo que se espera de ella, pero muy poco más. A veces es un poco burda. Y siempre resulta interesante y entretenida.
Estupendo e incorrecto cine familiar con niños de verdad. Una película con críos que hablan como los críos de siempre, lo que le confiere una increíble credibilidad. Casi dos horas de diversión, risas y emoción.
Excelente película con un prólogo impactante en su simplicidad, tanto metafórica como literal. Kurzel, a través de su dirección, examina de forma cruda pero hermosa la compleja mente de un individuo llamado Martin.
Formidable radiografía de la matanza de Srebrenica. El instinto de supervivencia, las impresionantes imágenes de la muchedumbre agolpada y la fortaleza de la cámara redondean un trabajo excepcional.
Berg no se destaca en lo visual, aunque cuenta con un notable elenco de actores. Son ellos quienes logran sostener una película que resulta incómoda y oscura, y que carece de la profundidad que busca transmitir.
Una obra sobre un personaje y unas eventualidades apasionantes, que se despliega como una fascinante reflexión sobre lo que parece y lo que es. Y está la belleza del trabajo de cámara y de luz de Eastwood.
Honoré presenta a sus protagonistas en un romance homosexual que alterna entre lo literario y lo descontrolado, manteniéndolos constantemente al borde de la autodestrucción. En este viaje, emergen destellos de ingenio narrativo.
La mitad inicial es interesante, está bien desarrollada y es incluso bella en su visualización. Sin embargo, en el segundo trecho del relato se acumulan los brochazos fáciles. De más a menos.
Los autores de 'Yo, Tonya', excelente biografía cinematográfica de la deportista estadounidense, han hecho algo sorprendente en el plano artístico, y felizmente arriesgado en el plano moral.
Sorprendente película basada en hechos reales, con metodología y narrativa cercana al documental. (...) Cine exclusivamente destinado para los buscadores de sensaciones ajenas a la narrativa tradicional.
Apoyada en una estructura de historias en paralelo que, al final, gira con una excelente sorpresa narrativa, pero se derrumba por su tono discursivo y aleccionador, grueso y sin matices.
Maas y Kaufmann han compuesto una película de espionaje puro y duro que mezcla variadas épocas, no siempre con orden y concierto, y evidentes paralelismos con la sensacional 'La vida de los otros'.
Notable, impactante banda sonora de exquisito gusto; se destaca especialmente por esos pequeños detalles que reflejan tanto el absurdo como la grandeza de la vida.
Una premisa curiosa que no se traduce en una gran producción de 30 millones de dólares y dos horas y cuarto de metraje. Todos los tópicos se van sucediendo sin sorpresas.
Saca la cabeza de la singularidad. Pero aún hay más. El relato es poderosamente entretenido, mantiene en todo momento el suspense gracias a ese método narrativo por el cual los personajes siempre tienen más información que el espectador.