La secuencia de arranque ya hace saltar las alarmas, presentando un texto carente de chispa y calidad. La película se constituye como una comedia negra de enredos que, desafortunadamente, rara vez logra encontrar su tono.
Iñárritu ofrece un giro impresionante en su carrera. La película se presenta como inabarcable e inmensa, con múltiples capas narrativas, subtextos y radicalismos formales. Es una obra de arte emocionante y libre.
Si solo fuera por la parte política y no se escabullera con la sal gorda, Baron Cohen hubiese compuesto una película casi notable, aunque mucho menos sangrante de lo que sus propios autores se piensan.
Una suerte de comedia negra, con pleno dominio de la sorna y el absurdo, que en algunos momentos no está demasiado lejos del humor de Luis G. Berlanga.
Tiene ritmo, energía y algunas buenas ideas, junto a otras bastante penosas y hasta peligrosas. (...) un primer acto excelente ambientado en una colonia minera (...) se va empequeñeciendo conforme avanza.
Una buena película que apoya a los marginados sociales. Sin embargo, pierde un poco de equilibrio en la segunda mitad, cuando la narrativa se transforma en un grandilocuente discurso mesiánico con ambiciones líricas que se vuelve algo agotador.
Demasiado tediosa aunque con parte de lo mejor de la interpretación francesa actual al frente del reparto, la película se esfuerza por ser instructiva, pero nunca acaba de aglutinar la lección y la emoción.
Puede ser entretenida para el que no busque más que un rato de ocio pasajero en torno al policiaco y a la corrupción, gracias a una puesta en escena muy por encima de los habituales productos televisivos.
Otro thriller con sorpresa, con una calidad técnica excelente, una cinematografía contemporánea y una banda sonora envolvente. Es entretenido, cuenta con un elenco impresionante y en ciertos momentos brilla con energía.
La ironía personal y la autoparodia no siempre logran el objetivo deseado, y en esta ocasión Taika Waititi ha excedido los límites. Hay demasiadas instancias donde lo cómico se convierte en algo ridículo.
Un cómic que se siente estancado, formando parte de esos proyectos de presupuesto limitado que ya se han vuelto comunes cuando se trata de adaptar historietas a la pantalla.
Niasari no consigue despegarse de un enfoque rígido en su película. Carece de matices. Aunque presenta un modelo socialmente aceptable, plantea numerosas dudas en términos cinematográficos.
La dirección es inferior a la de 'The Descent' y los seres sobrenaturales son menos efectivos en su representación. Las tomas parecen carecer de originalidad, como si se siguiera un patrón preestablecido.
La película cuenta con un elenco que parece estar en una fase de descenso, como Christian Slater y Stephen Dorff. La dirección no logra captar la esencia y nos presenta una historia que no aporta nada nuevo, resultando en una experiencia inferior a lo esperado.