Demoniaco entretenimiento. Ese tono intrascendente sobre asuntos aparentemente trascendentes es el que convierte su película en algo tan divertido. Soberbios efectos especiales.
En 'Sinsajo. Parte 1', se siente que se ha concentrado la parte más pesada y tediosa de la historia. La serie parece haber perdido las cualidades que hicieron tan destacada a la primera entrega.
Red 2 es un ejemplo de un estilo vacío pero entretenido, y su auto-consciencia le da un impulso. Sin embargo, la duración excesiva del film afecta su fluidez, mientras que la repetición constante de chistes hace que el ritmo sea un tanto monótono.
En la segunda mitad, el conjunto pierde fuerza. Sin embargo, gracias a una sólida dirección y un cuidadoso montaje, se transforma en un pequeño placer nada inocente.
El drama es intenso. El mcguffin resulta poco convincente. Además, hay una notable falta de coherencia en muchas de las situaciones presentadas. Sin embargo, el carisma del personaje principal y la fuerte presencia de su nueva intérprete logran destacar en medio de estos problemas.
Es el nivel más básico de una saga que inició con la intención de alcanzar la calma, el humanismo y el refinamiento artístico de Ozu, pero que ha terminado recurriendo a viejos insultos dirigidos a las nueras.
La dirección es impresionante y enérgica, mientras que Willis imprime a su personaje una sensibilidad que resulta casi desbordante, lo que contrasta con un desenlace que no cumple con las expectativas.
Con su particular estilo visual y enfocándose en la perspectiva del padre, Christian Carion logra conmover y cautivar al espectador. Sin embargo, cuando la trama vira hacia un thriller de investigación y supervivencia, la película adquiere un carácter más convencional.
Trabajo de narrativa a borbotones que posee un envidiable concepto visual, el cual se alinea perfectamente con dos de sus temas centrales: la violencia y la lujuria.
Francen, como directora y coguionista, logra una fusión compleja que equilibra delicadeza y vigor, armonía y desafío, ofreciendo al espectador una experiencia que invita a la reflexión y la mesura.
La clave de este clásico francés radica en abordar su contenido con humor, aunque siempre con una apariencia seria. Esta combinación se logra de manera efectiva.
Suárez presenta una destacada película que sirve como una adaptación intensa y visualmente rica del mito de Don Juan. La imagen del carro con la caracola y el viaje final en barca hacia la muerte deja una profunda impresión.
Rohmer menciona que 'La Astrea' es conocida por ser 'pesada e ingenua'. Sin embargo, la forma y la narración elegidas para su adaptación justifican su reputación en el ámbito cinematográfico.
Es incluso graciosa sin ir de cómica. De bellas fotografía y banda sonora, el inquietante interés de personajes y situaciones la convierten en una lúcida crónica histórica y política de inusual extravagancia.