Uno de esos estudiadísimos artefactos cinematográficos que, tras su culminación, admiten de mala manera un repaso de lo acontecido desde el inicio. (...) artificio en la dirección.
Una narrativa astuta que mantiene el interés, a pesar de la poca química entre los protagonistas y su relación poco creíble. La dirección es competente, aunque carece de un toque distintivo.
Tanto material le lleva inevitablemente a resultar, si no superficial, al menos sí indolente en algún aspecto, lo que hace de 'Arena' un trabajo más destinado a lugares completamente ajenos a la fiesta.
La obra evoca de manera visceral el ascenso y la caída de un modelo, presentando desequilibrios tanto formales como narrativos. Sin embargo, lo hace con una fuerte convicción, pasión y, sin duda, con un propósito claro.
El activismo cinematográfico de Castagnet y Fuchs carece de carga alegórica, pero resulta esencial. Sin embargo, el aspecto personal y emocional de esta película, que combina rabia y sutileza, no logra ser completamente efectivo.
Spaguetti-Western de vampiros con una atmósfera irreverente y escasa originalidad. Como opción de entretenimiento, logra ser algo aceptable, pero no destaca en su género.
Moncasi captura a su protagonista con la fascinación de un enamorado, asombrándose ante cada movimiento, mientras retrata el invaluable mundo que la rodea.
Aguerrida película, adictiva e interesante. Un gran thriller social que genera conversación al final de la proyección. Te sitúa en una situación de la que es complicado escapar.
Un mayúsculo desastre. Cada acontecimiento es más absurdo que el anterior en el guion y no se asemeja en nada a una película de venganza de serie B de los años ochenta.
Gato por liebre. Es sumamente aburrida, con un uso engañoso del tiempo, un diseño de producción de mal gusto y unos efectos especiales que son evidentemente deficientes.
Los intérpretes, las situaciones, los diálogos y la dirección son correctos, pero no logran generar entusiasmo. A pesar de esto, hay una mejora notable en la película cuando los personajes comienzan a mostrar sus superpoderes.
Lo que Bertrand Blier presenta en Les cotelettes es una mirada grosera hacia el cuerpo y la mente de la mujer, filmada de manera despectiva, como si fuera un anciano lascivo. Esta película claramente encaja en la categoría de las que se odian.
Exilio en democracia. Arteta da voz a aquellos que han tenido que alejarse de su hogar en busca de un nuevo lugar. Los testimonios, acompañados de imágenes del pasado y una gran cantidad de datos factuales, ofrecen una visión clara y contundente de la situación.
Queda la brutal crítica del ultracapitalismo. El entretenimiento es estupendo, pero la explicitud y redundancia de algunos diálogos y acciones disminuyen su calidad. Desafortunadamente, el magnífico resumen final de la obra de Galcerán se ha perdido por el camino.
Brillante ejercicio de tensión, con un guion equilibrado que combina confianza e ingenuidad. Es una película que, a primera vista, parece pequeña, pero en realidad es un poderoso viaje de profundidad y entretenimiento.
La primera mitad de la historia es fascinante y genera gran inquietud, mientras que la segunda parte, que se centra en la perversidad, resulta más predecible. Destaca la actuación sobresaliente de Mario Casas.