Se percibe una falta de originalidad en su diseño, mostrando una estructura rígida y poco innovadora, claramente más enfocada en generar ingresos que en ofrecer una propuesta artística auténtica.
Carta de amor a la preciosa Edimburgo a través de las canciones de The Proclaimers, la película apela a pasiones tan básicas como el amor, la guerra, la familia y hasta el pub.
Infusión de azúcar. Va de misteriosa y de onírica, pero solo es cargante, tanto en el fondo como en la forma, grandilocuente al tiempo que insustancial.
Zhou presenta a la talentosa Gong Li interpretando dos papeles femeninos, lo que genera confusión en el espectador, ya que el director no logra resolver los cabos sueltos al final de su obra. Esta atención excesiva a la forma en detrimento del contenido limita la efectividad de un ejercicio que, en ciertos momentos, brilla.
Giannoli ha logrado narrar una historia simple pero cautivadora. Ha optado por una presentación lineal y convincente, mientras embellece el relato con detalles visuales que no desvían la atención de lo esencial, y ha elegido a un talentoso intérprete como protagonista.
Película sobre la fugacidad del deseo, 'Viaje' refleja una mezcla de euforia y resaca, ofreciendo una danza entre relajación e impulso. Es un juego sexual y emocional que se sustenta en el talentoso trabajo de sus actores.
La película presenta una poderosa estética que se aleja de las influencias tradicionales de los padrinos y de los estilos de Scorsese. Espinosa entrelaza diversas narrativas que se unen en un protagonista fascinante, cuya complejidad lo hace destacar.
Entre las experiencias cinematográficas más memorables que he tenido se encuentra el documental 'A cielo abierto'. Es una obra impresionante, una maravilla que deja una profunda impresión.
Un making of torturado, realizado con una cámara que, al igual que en 'Arrebato' de Iván Zulueta, acecha, conmueve y, al final, se traga a los espectadores.
Ensayo fílmico que muestra hermosas combinaciones de texto, imagen y silencio, entrelazando el pasado y el presente y reflexionando sobre el futuro del cine.
Interesante, polémica y egocéntrica, la película es también la demostración palpable de una atroz realidad: que en este mundo nadie convence a nadie de nada.
Furman muestra habilidad, aunque le falta un estilo distintivo. A pesar de que el mensaje de la película no alcanza el impacto esperado, logra cumplir con sus objetivos de manera efectiva.
La película tiene el potencial de ser la más hermosa del año, pero no ofrece mucho más que lo que se puede encontrar en un sofisticado artículo de una revista de alta gama en relación al amor, el cine y la espiritualidad.
Una obra con una temática atractiva pero con un tratamiento desigual, inicia de manera sobresaliente, aunque más adelante se evidencian demasiado los cambios dramáticos en la trama y culmina de forma que no logra mantener el mismo nivel de calidad.
Ni el talento de Pugh y Garfield logra rescatar este drama romántico. Carece de la grandeza necesaria, no solo a nivel intelectual, sino en una sencillez emocional que debería ser fundamental, llenándose en cambio de frivolidades y un exagerado toque de película culinaria.
Se observa con gran interés a pesar de algunos errores en la forma. La directora y guionista entiende el valor del silencio y las miradas en las escenas cruciales, y lo más destacado es su impresionante epílogo.
Una película sensible, cálida y respetuosa dentro de su evidente transgresión. No parece una película moral, aunque el desenlace, en cierta medida, lo sea. Dresen toma partido.
Algo para no recordar. Nunca encuentra el tono y deambula entre la comedia costumbrista y el drama existencial, sin que la estimulante presencia de Hurt y su inquietante tristeza salven el panorama.