Carta de amor a la preciosa Edimburgo a través de las canciones de The Proclaimers, la película apela a pasiones tan básicas como el amor, la guerra, la familia y hasta el pub.
Una película sensible, cálida y respetuosa dentro de su evidente transgresión. No parece una película moral, aunque el desenlace, en cierta medida, lo sea. Dresen toma partido.
Película sobre la fugacidad del deseo, 'Viaje' refleja una mezcla de euforia y resaca, ofreciendo una danza entre relajación e impulso. Es un juego sexual y emocional que se sustenta en el talentoso trabajo de sus actores.
No hay lugar para la complacencia en el cine de Fernando Franco. Su título refleja honestidad, y la película no ofrece consuelo. Gertrúdix brilla en su papel, mientras que Marian Álvarez alcanza la perfección.
Su agudeza en la mayoría de los diálogos, la simpatía que desprende siempre Paul Rudd, y, de nuevo, su sensata percepción de ser un producto menor, convierten a Ant-Man y la avispa en una más que aceptable propuesta de efímero placer.
Gincana de lujo. Sus diálogos son muy perspicaces y hay suficientes elementos que explican su éxito en EEUU: excelentes protagonistas, un villano con profundidad y gran carisma (Sean Bean), y un guión dinámico.
El filme aborda el racismo desde una perspectiva centrada en los blancos. Se presenta como un thriller convencional que no deja una impresión duradera y seguramente habría generado un intenso debate si los roles raciales hubieran sido invertidos.
Subproducto a mayor gloria del regreso de Jennifer López acaba introduciéndose en los modos del thriller erótico de mensaje ultraconservador y desarrollo simplemente absurdo.
Es una hermosa, divertida y lacerante película sobre la impostura. Koreeda aborda el tema de las divas del cine francés y de Hollywood, aportando una gran trascendencia y la complejidad característica de un maestro del cine contemporáneo.
François Ozon ofrece una interesante reinterpretación del mito en esta película, manteniendo la esencia de la obra teatral original y logrando una notable concisión.
Va de más a menos, pero conformando un notable conjunto, es una mirada sincera y, a la vez, mágica y cómica, a la posible canalización de la creatividad de un artista.
Su alegoría acerca de la identidad y el ego de los artistas, balanceando lo solemne y lo refrescante, junto a un destacado elenco, supera cualquier estándar contemporáneo del cine español.
El director utiliza la poderosa presencia de Jean-Pierre Léaud para ofrecer una obra que es una profunda meditación sobre la creación artística. Es una película mágica y conmovedora que deja una huella imborrable.
Una película repleta de cambios, giros y sorpresas que mantiene un ritmo estimulante a lo largo de gran parte de la historia, gracias a su energía y su singularidad, aunque en su desenlace pierde fuerza.
Una semana después de verla, queda en el olvido, aunque las dos horas transcurren con una sonrisa moderada, impulsada por su humor que invita a la identificación.
La película se destaca por encima de la mayoría, especialmente en lo que respecta a los diálogos. Es simpática y aunque pueda resultar olvidable, es una experiencia agradable y posee una dignidad contagiosa.