Una exultante amabilidad solo apta para ese arco de público que busca en el cine que todo se resuelva como en un cuento social a lo Charles Dickens o Alejandro Dumas, pero sin las necesarias dosis de barro, el físico y el moral.
A medio camino entre el drama, la comedia negra y la tragedia, la película se eleva gracias a una magnífica idea (...) la media hora final tiene garra, convicción y originalidad.
Comedia a seis manos. Es una película donde resulta evidente la influencia de cada escritor, pero los cambios de tono y esencia distorsionan en lugar de fusionar.
Irregular tanto en la composición de las situaciones como en los diálogos, la película está compuesta a partir de un desorden narrativo que, al tiempo, se convierte en virtud y defecto.
Opta por una sencillez que, desde luego, llevará a muchos a decir que es "poca cosa", o incluso "un corto alargado". No lo es en ninguno de los dos casos; es un bonito ejercicio de sencillez que te mantiene alerta por medio de un vacío sólo aparente.
Una película ligera y agradable por sus valores éticos, pero que resulta demasiado repetitiva en su mensaje y acciones. Esto la lleva a convertirse en una clara obviedad, incluso en sus diálogos.
Una obra no apta para todos los paladares, pero que capta la malsana desconfianza en tiempos de guerra con el filo de una cámara que, en no pocos instantes, arrebata
Garrel se desnaturaliza. Poco queda de aquella actitud 'posnouvelle vague'. El cine dentro del cine que retrata, en el que parece criticar el acartonamiento del relato de época, demuestra que solo ve la paja en el ojo ajeno.
Se alimenta demasiado del arquetipo. Sin embargo, el empaque de la película, de hermosas fotografía y banda sonora, y de elegante puesta en escena, provoca que el relato avance con cierta convicción, aunque más a través del armazón técnico que del sentimental.
Pierde fuelle conforme, más que la moral en sí misma, va entrando en juego un eslabón que a lo largo de la película parece olvidado y que, cuando aparece, el mecanismo estalla por falta de credibilidad: los hijos.
Mejor cuanto más apegada a la tierra, cuanto más centrada en el devenir físico de sus personajes, resbala cuando se sube a las nubes de una poesía visual más cercana a un realismo mágico con tendencia a lo rancio. Actual, intemporal.
Edulcorado melodrama. Puede ser un éxito entre el gran público que no le busque tres pies al gato de las emociones enlatadas. Sin embargo, costará que los que ya pensaban que 'Los chicos del coro' andaba en el alambre del ternurismo aguanten otro empacho de buenos sentimientos.
Los fans no van a encontrarse con una película, sino con una miniserie presentada de una sola vez, que mantiene un ritmo constante y revela algunas virtudes, aunque también muestra defectos, especialmente en su incapacidad para transformar los momentos dramáticos en situaciones realmente emocionantes.
The women, en versión de 2008, más que actualizar su discurso, lo pervierte, al tiempo que estropea su andamiaje formal por culpa de una ostensible, bochornosa falta de talento.
Agradable, sencilla y con una puesta en escena académica, está en la órbita de otros recientes éxitos de ambiente exótico y concienciación político-social tan esforzada como limitada, en la línea de la libanesa 'Caramel' o la israelí 'Los limoneros'.