La película aglutina, funciona como eslabón, como plantada de bandera para el veterano Scott, y como ejemplo a la hora de ofrecer acción, suspenso, tensión, dolor, oscuridad y hasta algunas dosis mínimas de calidez y humor.
Eastwood tiene los secretos. Sabe cómo ser clásico y no antiguo, cómo contar con fluidez una historia (...) Lo asombroso es el efectivo suspenso que logra generar el director con lo que ya sabemos, tal es su maestría narrativa.
Kral, mediante una estructura que evita caer en el piloto automático, fusiona el documental con la ficcionalización de forma intermitente y logra disolver ambas formas. Presenta escenografías variada a lo largo del tiempo y filma danzas especialmente para la ocasión, además de utilizar un archivo de gran calidad.
Con chistes que juegan con la corrección política desde ángulos contemporáneos, con actrices en estado de gracia, con coreografías de alto profesionalismo y la rica tradición musical de una industria que la ha cultivado durante años, se alcanza una combinación especialmente atractiva, llena de ritmo y emoción.
Una película sobre cruentos atentados presentada con unos cuantos brillos en su elenco multinacional y armada en forma de thriller convencional, eficaz, o más bien contundente.
Lo que predomina es el humor de diversos matices, junto a personajes secundarios encantadores y entrañables. Además, la expresividad y la impecable mandíbula de Zoe Kazan crean una conexión instantánea tanto con su coprotagonista como con el público.
El problema fundamental de este filme radica en su incapacidad para contar una historia. No logra construir secuencias que generen tensión interna, carece del tono adecuado y recurre en exceso a estilos de telenovelas anticuadas.
Ese formato de dos temas en uno, que en muchas ocasiones genera relatos y retratos tironeados por fuerzas divergentes, aquí no solamente no debilita la propuesta sino que la potencia. (...) una película con un arsenal de elementos altísimos.
Es un documental que se enriquece con segmentos que van más allá de la música, lo que hace que en esta "biografía musical" la primera de las dos palabras de la definición tenga mucho peso, mientras que la segunda queda algo relegada.
David O. Russell emplea diversas exageraciones estilísticas, tanto en los decorados como en la intensidad de los personajes y sus actuaciones. Esto genera un ritmo un tanto irregular en la película, que culmina en un desenlace anticlimático.
Esta ópera prima del director televisivo Szymanski desmonta con ingenio la lógica de la fiesta. Aunque presenta un formato cinematográfico, va más allá de la superficialidad, utilizando imágenes de "Internet" para mostrar lo que queda fuera del montaje festivo.
Los chistes se suceden sin una estructura que los contenga, careciendo de crescendo. El humor se presenta sin contención, sin tramas ni reenvíos, dando la impresión de que en lugar de una película estamos frente a ensayos o borradores, pero sin la frescura que eso podría implicar.
No es más que un remake pobre. El director Travis Z resulta ser más redundante que Roth en la presentación de la información. Realiza planos más ostentosos que no contribuyen a la fluidez de la narración.
La película de 2008 no era apta para un público sensible. Esta nueva versión de 'Martyrs' tampoco lo es, ni para los impresionables ni para nadie. Se trata de un cine que se alimenta del morbo, que carece de imaginación y de reflexión, que narra de manera deficiente y presenta las escenas de forma aún más pobre.
Esto es un disparate festivo y muy divertido, a pesar de los temas mortuorios; un thriller de esos en los que no importa tanto la lógica del argumento como la eficacia del clima general, y que brilla en la inteligibilidad de los golpes, tiros y persecuciones.
Comedia un tanto anémica que explica demasiado, con el tan extendido y molesto mal del énfasis musical, que permite entender el tono de lo que sucede en la pantalla sin necesidad de mirarla.
Película de terror que carece de originalidad, aunque presenta una sobriedad al no recurrir excesivamente a los recursos más burdos para generar miedo. Es evidente que 'El conjuro' ha dejado una huella que muchas películas intentan imitar parcialmente.