Ese formato de dos temas en uno, que en muchas ocasiones genera relatos y retratos tironeados por fuerzas divergentes, aquí no solamente no debilita la propuesta sino que la potencia. (...) una película con un arsenal de elementos altísimos.
Todo eso está, y también algo, un poco, de la historia previa a ser estrella, en donde se veía desde el primer momento el notorio potencial del punto de partida, el physique du rol claro desde los cimientos.
Es un documental que se enriquece con segmentos que van más allá de la música, lo que hace que en esta "biografía musical" la primera de las dos palabras de la definición tenga mucho peso, mientras que la segunda queda algo relegada.
David O. Russell emplea diversas exageraciones estilísticas, tanto en los decorados como en la intensidad de los personajes y sus actuaciones. Esto genera un ritmo un tanto irregular en la película, que culmina en un desenlace anticlimático.
Es apenas otra película sin alma, otra de esas que para seducir en los primeros minutos se valen del atractivo de un personaje (...) Y que luego se debilitan (...) porque se confunde narración con mera exhibición extendida de efectos especiales.
Esta ópera prima del director televisivo Szymanski desmonta con ingenio la lógica de la fiesta. Aunque presenta un formato cinematográfico, va más allá de la superficialidad, utilizando imágenes de "Internet" para mostrar lo que queda fuera del montaje festivo.
Los chistes se suceden sin una estructura que los contenga, careciendo de crescendo. El humor se presenta sin contención, sin tramas ni reenvíos, dando la impresión de que en lugar de una película estamos frente a ensayos o borradores, pero sin la frescura que eso podría implicar.
No es más que un remake pobre. El director Travis Z resulta ser más redundante que Roth en la presentación de la información. Realiza planos más ostentosos que no contribuyen a la fluidez de la narración.
La película de 2008 no era apta para un público sensible. Esta nueva versión de 'Martyrs' tampoco lo es, ni para los impresionables ni para nadie. Se trata de un cine que se alimenta del morbo, que carece de imaginación y de reflexión, que narra de manera deficiente y presenta las escenas de forma aún más pobre.
Esto es un disparate festivo y muy divertido, a pesar de los temas mortuorios; un thriller de esos en los que no importa tanto la lógica del argumento como la eficacia del clima general, y que brilla en la inteligibilidad de los golpes, tiros y persecuciones.
Comedia un tanto anémica que explica demasiado, con el tan extendido y molesto mal del énfasis musical, que permite entender el tono de lo que sucede en la pantalla sin necesidad de mirarla.
Película de terror que carece de originalidad, aunque presenta una sobriedad al no recurrir excesivamente a los recursos más burdos para generar miedo. Es evidente que 'El conjuro' ha dejado una huella que muchas películas intentan imitar parcialmente.
Hay símbolos y misterios que se cruzan con grosera arbitrariedad. (...) una puesta en escena en la que cada plano no logra disimular una precariedad insufrible, un analfabetismo audiovisual desesperante. De terror, pero no por el género.
Otra película de fantasmas, con una casa embrujada a la que llega una familia. La originalidad no es el valor fundamental del cine, o al menos no es su valor definitorio.
Es una película animada contemporánea, diseñada para atrapar a un público global, aunque carece de elementos realmente innovadores. Sin embargo, la trama se vuelve más interesante una vez que inicia el viaje del héroe.
Se le nota la falta de nobleza de sus materiales. Si todo es tan mecánico, se pierden la potencia del relato, la magia y también los escalofríos. Y el verdadero monstruo amenazante pasa a ser el tedio.
Aun con todos sus defectos, la gran cantidad de talento, tanto del pasado como del presente, que se cita para la ocasión, permite que la dimensión festiva prevalezca sobre los aspectos negativos.