Musical posclásico y posmoderno que convierte la deformidad y la precariedad en un estilo distintivo. Dumont creó, más que una simple película con riqueza y solidez, un experimento gestual que presenta un poder de fascinación extraordinariamente diverso.
El principal inconveniente de muchos animes que se centran en personajes populares es que pueden excluir a quienes no los conocen. Sin embargo, en esta película, se presenta una narración bastante accesible.
Carente de sentido visual y drama, la versión de 'Oldboy' por Lee se dirige hacia un final tan vergonzoso en múltiples aspectos que nos hace perder de vista que en algún momento hubo una película.
Capotondi revela tanto la belleza como la fealdad de la arquitectura, confiando plenamente en la narrativa que desea transmitir a través de sus actores y personajes.
El robo no es el final de la trama, sino un momento crucial en la historia. La comedia no predomina a pesar de que haya momentos de duda, y la ligereza y rapidez en la narrativa son características que casi nunca se presentan.
Una mayor concentración, un mayor foco, una mayor dedicación a los detalles podrían haber mejorado este policial que se juega a -y acierta en- no tener grandes sorpresas.
El profesionalismo en la estética es débil, la narrativa carece de interés, aunque hay algunas situaciones humorísticas que resultan aceptables y un conjunto de referencias claramente visibles. En definitiva, se trata de una película que se siente más como un producto vacío.
La puesta en escena no logra darle vida a las acciones. Las metáforas resultan superficiales, y resulta sorprendente la falta de dinamismo y gracia considerando el talento de dos actores como Luis Brandoni y la excepcional Graciela Borges.