Un producto tan atractivo y refrescante tanto para los que ya conocen los cómics y la película, como para aquellos no iniciados que se acerquen por primera vez a la franquicia.
En 'Un lugar en silencio: Día uno' entienden y asumen con plena conciencia de que lo más importante es generar las atmósferas y mantener el ritmo para hacer efectivos los sobresaltos.
Es cierto, esta vez se trata de un Mad Max menos misterioso y carismático, pero suficientemente salvaje y complejo, para sustentar sus andanzas, en este futuro distópico.
Lo orgánico de la propuesta visual le otorga identidad sin que pierda la triste universalidad de las circunstancias, y aunque sacrifica cierta profundidad en favor del acercamiento genuino, nunca pierde potencia.
En realidad no ofrece demasiadas sorpresas y tampoco presenta personajes precisamente memorables. Sin embargo, es fiel y congruente como extensión del universo al que pertenece.
Luce descuidos que le restan credibilidad. Sin embargo, resulta un vehículo de entretenimiento envolvente y de aceptable manufactura, que, sin ser precisamente novedoso, cumple lo que ofrece.
Una adaptación que conserva la esencia auténtica de la obra de Eiichiro Oda, logrando una síntesis efectiva al reducir ciertos excesos que en el anime suelen ser solo humorísticos.
Hay que decir que de forma efectiva dan un fugaz vistazo a las viejas andanzas de Gokú y compañía, para hacer el puente entre la visita inicial al pasado y lo que ahora han de contarnos.
Estamos ante un vehículo de entretenimiento que en su segundo traslado a la pantalla grande aprovecha las posibilidades propias de la animación japonesa, resultando bastante divertido para el público en general, pero que definitivamente está mucho más pensado para los fans.
El principal logro de 'Tu amigo y vecino Spider-Man' es su capacidad para permanecer fiel a una premisa que hizo del famoso héroe arácnido el más humano de todos los superhéroes.
Ofrece un extravagante cambio de tono dentro del sello Marvel-Disney, con la prometedora presentación de un personaje de moral compleja, que se sale del modelo de superhéroes y antihéroes consolidado en el Universo al que pertenece.
Un deslumbrante recorrido que rebosa el espíritu ochentero, repleto de los atrevidos riffs de la icónica banda Guns N' Roses, y presenta un Dios del Trueno más audaz y entretenido que jamás.
Lo más fascinante de esta primera entrega es cómo retoma los elementos fundamentales del cine bélico clásico, aprovechando al máximo las ventajas que brinda la animación moderna para ofrecer perspectivas extraordinarias.
El tratamiento de los personajes es extremadamente ingenuo y sus decisiones oscilan entre lo absurdo y lo ridículo, lo que disminuye el impacto de las escenas dramáticas cruciales para el desarrollo de la historia.