La meticulosa sobriedad en la interpretación de Colin Farrel y Brendan Gleeson es excelente materia prima para una cámara que se viste de reflexión en las tomas abiertas, donde los fríos parajes permiten que el folclor se mezcle con el rezago.
Una muestra de las deslumbrantes posibilidades que ofrece la animación tradicional, alcanzando el nivel de cualquier producción en CGI. Esta obra se adentra en el terreno de lo conceptual, desbordando imaginación e ingenio.
Una encantadora vuelta a la fórmula de la comedia romántica, que sorprende con el acabado visual y la forma en que aprovechan la constante presencia del agua, sin que esto debilite la reflexión que le sustenta.
Se trata de un producto digerible y sostenido sobre un discurso honesto, profundo y muy emotivo, que explora los matices y las implicaciones por encima de algo más difícil que la tolerancia, que es el entendimiento.
Película que aunque no responde del todo a las expectativas y seguramente dejará insatisfechos a los fans, funcionará para el público que solo busca algo para pasar el rato.
El director Andrés Muschietti presenta una propuesta meticulosamente elaborada que no solo satisfará a los fanáticos de la obra original, sino que también sorprenderá a las nuevas generaciones.
Discreta pero efectiva. Equilibra sin problemas la nueva línea argumental, con distintos guiños a los fans. El concepto ya está gastado, y si en esta ocasión se sostiene, es gracias a la nostalgia que aporta la sola presencia del veteranoactor [Stallone].
Un estilizado y retorcido cóctel de aire pop que aunque no es para todos las sensibilidades, dejará satisfechos a los fans y resulta ideal para aquellos que quieran acercarse por primera vez al anime.
Se trata de un pasaje delirante, con criaturas insólitas, que detonan el lado más absurdo de la violencia urbana, para explorar la naturaleza de la misma.
Es entretenida e inteligente y de transitar ligero, amen de que luce un colorido y estilizado diseño, y el detallado trabajo en la animación cumple y con creces.
Un vehículo de entretenimiento que no llega a provocar la carcajada o a ser sumamente conmovedor, pero tiene encanto y siempre mantiene al espectador con una sonrisa en el rostro.
Obra de gran sensibilidad y precisión fílmica, que resulta tan entretenida como inteligente y conmovedora. La grandeza de una historia pequeña se revela cuando se cuenta sin falsas pretensiones.
Es entretenida, simpática y a veces enternecedora, pero posee un alma endeble consumida por el mainstream, que le deja por debajo de aquella película de Disney que conquistó a todo el mundo en 1992.