Un estilizado y retorcido cóctel de aire pop que aunque no es para todos las sensibilidades, dejará satisfechos a los fans y resulta ideal para aquellos que quieran acercarse por primera vez al anime.
Se trata de un pasaje delirante, con criaturas insólitas, que detonan el lado más absurdo de la violencia urbana, para explorar la naturaleza de la misma.
Es entretenida e inteligente y de transitar ligero, amen de que luce un colorido y estilizado diseño, y el detallado trabajo en la animación cumple y con creces.
Un vehículo de entretenimiento que no llega a provocar la carcajada o a ser sumamente conmovedor, pero tiene encanto y siempre mantiene al espectador con una sonrisa en el rostro.
Una biopic como muchas otras, que a pesar de que los fans la disfrutarán, al mismo tiempo la considerarán algo ordinaria e insatisfactoria. Por otro lado, el público general seguramente quedará satisfecho.
Aunque en pro de la estilización animada, renuncia a las visiones recargadas de la obra original, se presenta como una digna adaptación y una de las mejores propuestas del Elseworld animado de DC y Warner.
Se agradece el respeto hacia el clásico, pero se trata de una película que sólo dejará satisfechos a los amantes de los musicales y al público menos exigente.
Destaca lo inquietante de las atmósferas, lo sofisticado del montaje y la forma en que el director José Buil enfatiza el fenómeno mediático (...) resulta además un interesante retrato del peso y función de la nota roja.
Una pieza mezcla de documental y ficción, que con un cuidadoso ejercicio visual logra dotar de drama a un discurso sobre cuestiones políticas y culturales encontradas.
Lástima que, en el afán de evidenciar el artificio de ficción dentro de la ficción como una herramienta para generar el estado de vacío existencial, (...) lleve el relato a una implosión casi permanente que irremediablemente bordea la somnolencia.
La película pierde credibilidad al retratar el deterioro físico del personaje y sus excesos. Además, no logra escapar al estilo característico de Luhrmann, quien, una vez más, ofrece un constante bombardeo visual a lo largo de la trama.