Fantasía delirante. Es una premisa digna de un episodio de 'The Twilight Zone', enriquecida con una subtrama sobre un pene electrónico y hormigas al estilo buñueliano. Irresistible.
La trama es trivial, pero el relato funciona, y muy bien, gracias a situaciones jocosas en las que brillan los diálogos y por la química entre los actores y actrices, todos en su salsa.
La primera media hora resulta altamente divertida y afortunada. Sin embargo, el nivel de entretenimiento y el ritmo de la película disminuyen en la siguiente hora. A pesar de esto, se mantiene un estándar excepcional en las caricaturas.
Edgerton parece aturullarse en cada situación y, paradójicamente, cuanta más acción entra en juego, más sube el mercurio en nuestro termómetro del sopor.
La dirección de Gracia Querejeta carece de un poco de energía, pero eso tiene un impacto menor en la película; el ritmo es establecido por el talentoso reparto.
Gags desmesurados pero efectivos y una inusual preferencia por el gore más grotesco. El resultado es una celebración delirante. Sin embargo, lo peor es que se olvida con la misma facilidad con la que se ve.
El film resulta algo frío en su narrativa y podría beneficiarse de un mayor dinamismo. No obstante, sigue siendo una comedia única y notablemente transgresora.
Con un empleo muy sólido del encuadre y los espacios y un elenco en plena forma (Emma Suárez, pletórica) Vila nos obsequia una comedia extraña y áspera, que sin duda provocará tantos rechazos como adhesiones.
Usufructúa la iconografía apocalíptica habitual, ofreciendo imágenes apreciables, pero la trama se centra no tanto en la protagonista como en su gato. El ritmo es lento y se cruza con momentos de aburrimiento cada diez minutos.
El tema se aborda desde una óptica próxima al thriller de suspense, con un desarrollo progresivamente tenso y angustioso. El uso del blanco y negro, junto con espacios sombríos, proporciona un toque que evoca una pesadilla kafkiana.
Huelga decir que el nivel artístico e intelectual en que se mueve el producto es parangonable al de la ya lejana serie 'Al salir de clase'. Quedan avisados.
Modesto y atmosférico thriller. Hardy brilla como uno de los mejores actores contemporáneos, pero es Gandolfini, en su última actuación, quien se lleva el protagonismo en cada escena.
Un clásico thriller de venganza, trivial, esquemático y ultraviolento, pero elaborado con una sorprendente eficacia. En sus mejores instantes, evoca los días dorados de la casi olvidada serie B.
El primer segmento de 'Efectos secundarios' es el más cautivador y mordaz. Lamentablemente, a medida que avanza la historia, cada escena parece desinflarse. El desenlace resulta ser caótico y, sin duda, frustrante.
Una crítica mordaz negra, salvaje de las intervenciones milItares americanas. Protagonizada por un equipo de médicos en pleno frente de batalla, MASH es una comedia loca, desmadrada y desmedida.
Visión dantesca y colorista de su propia dolce vita, donde un astro del cine anglosajón llega a Roma para protagonizar un western contra natura, pero antes será retado por el mismísimo diablo; antológico Terence Stamp lanzado al vértigo de la noche y el alma en su deportivo. Una pura y nada simple obra maestra que vale por todo el largo.