Para unos, será el “rien ne va plus” del estilo Lanthimos; para otros, una soberana tomadura de pelo. ¿Es un cineasta sobrevalorado? Existe un término que se adapta bien a esta categoría: bluf.
Una elegía como la que Alexander Mackendrick retrató en 'La bella Maggie' a una barcaza deteriorada. 'Luzzu' está impregnada de un agradable aire neorrealista que se percibe en cada detalle.
Daldry se enfoca más en transmitir un mensaje y atraer a diversos públicos que en construir una narración cinematográfica sólida. El resultado es una obra que carece de emoción y se siente superficial.
Un retrato espeluznante no ya de la pobreza, sino de la desgracia. Su personalísimo sabor y ritmo persistente nos sumergen en un universo hipnótico, creando una experiencia única e incomparable. Impresionante.
Una película intrigante y extrema, que presenta momentos impactantes en los que se entrelazan las influencias de Robert Bresson y el primer John Waters.
Smith no teme expresar su opinión con una intensidad y sarcasmo desbordantes, retratando una sociedad profundamente corrupta. Esta película no hace concesiones y, en su entrega, nos deja impactados por lo que revela.
Para pasar un buen rato, es un entretenimiento fresco y dinámico. El tándem formado por Leo Harlem y Jordi Sánchez funciona de maravilla. Ellos se montan la fiesta y logran contagiar su energía al público.
A pesar del potencial de una trama intrigante, el director Guerrieri no logra plasmar la intensidad que la historia requiere. El verdadero atractivo de la película recae en la cautivadora presencia de la actriz brasileña Florinda Bolkan, que brilla con gran fuerza en sus mejores años.
Para los amantes de la saga Bourne, lo más destacado es la coherencia en el estilo que aporta Greengrass. Sin embargo, la inclusión de una coartada didáctica resulta innecesaria.
Situaciones absurdas, escatología y momentos extremos. Hay escenas divertidas, algunas, pocas, calzadas sin embargo en un conjunto predecible y del todo carente de sutileza.
La historia resulta un tanto insípida, careciendo del condimento necesario, y la subtrama entre Lamy y Oldfield no aporta valor. Sin embargo, la representación del circo político se aborda con equilibrio y un matiz ácido, y los personajes son creíbles.
El prólogo tiene un interesante enfoque documental. Sin embargo, la extendida primera parte es demasiado rigurosa y, al llegar a la parte final, se hace predecible y cansina, sin ofrecer espacio para la originalidad.
Un disparate emocionante. A Fargeat le fascina el cine de género, y lo demuestra con una película que crece constantemente hacia el exceso, alcanzando un verdadero delirio orgiástico.
La dirección muestra un gran talento a través de su cuidada puesta en escena, encuadres refinados y una narrativa precisa, lo que convierte a 'El llanto' en una obra creativa y efectiva dentro del género.
La propuesta de Pilar Palomero enfatiza el amor y la bondad como elementos esenciales de la historia, manteniendo una coherencia y una calidad visual y formal de primer nivel.