Uno de los éxitos comerciales más sorprendentes de estos últimos años. En realidad, se trata del cuento del patito feo. Y no menos superficial, con no menores dosis de moralina.
Bajo su capa de comedia ligera, Rohmer examina a sus personajes con un profundo conocimiento y comprensión de sus contradicciones y dudas eternas. Antológicos protagonistas.
Pura libertad creativa con Ana Torrent y Lola Dueñas. Víctor Iriarte dirige magistralmente a las dos actrices en esta película que va más allá de la denuncia, toda una obra experimental.
Es imposible no sentir simpatía por el cine de Gerardo Olivares. Esta película se presenta de forma despojada y fresca, sin excesivas pretensiones ni complicaciones.
Es entrañable redescubrir "Nacida libre" en "Mia y el león blanco". Esta película es sencilla y modesta, careciendo de la profundidad que se esperaría, pero cumple con sus objetivos de manera digna.
Verismo y vivacidad se entrelazan con una altísima tensión, especialmente en el clímax final que resulta asfixiante. La cámara se mantiene en un constante estado de nerviosismo, lo que genera una atmósfera intensa. Además, se presenta un prudente destierro de la infección sentimental, que solo se manifiesta en el personaje principal.
Zemeckis muestra una gran capacidad narrativa como director, sin embargo, se ve influenciado por la corrección política en un desenlace que contradice todo lo que habíamos presenciado.
James Cromwell ofrece una actuación excepcional, acompañado de una conmovedora interpretación de la veterana Geneviève Bujold. Su presencia en la película hace que "Quédate conmigo" valga la pena.
Una tragedia familiar interrumpe la armonía, llevando la trama hacia un thriller de suspense resuelto con gran elegancia por Delhomme. El duelo entre las actrices es sobresaliente, sin duda lo mejor de la función.
Graves derramamientos de sentimentalismo y azúcar. Si la cosa no acaba de naufragar del todo es por el inspirado diseño de las múltiples criaturas y un aceptable dinamismo en algunas escenas de acción.
El paisaje, la comicidad y los gags feroces son claramente influencias de los hermanos Coen, pero la ejecución es apresurada y poco refinada, con una filmación a veces torpe. No se percibe la brillantez deslumbrante de 'Arizona baby'.
La ternura y la sinceridad se unen en la habilidad de generar emociones a través de las imágenes. El cine de Chaplin, que también lograba conmovernos sin necesidad de palabras, se siente cercano a "Robot dreams".
Decepciona por la fatigosa acumulación de líneas narrativas paralelas, por el exceso de situaciones absurdas y por el nulo carisma del villano, lo que provoca que la historia comience a perder fuerza.