Zemeckis muestra una gran capacidad narrativa como director, sin embargo, se ve influenciado por la corrección política en un desenlace que contradice todo lo que habíamos presenciado.
James Cromwell ofrece una actuación excepcional, acompañado de una conmovedora interpretación de la veterana Geneviève Bujold. Su presencia en la película hace que "Quédate conmigo" valga la pena.
Una tragedia familiar interrumpe la armonía, llevando la trama hacia un thriller de suspense resuelto con gran elegancia por Delhomme. El duelo entre las actrices es sobresaliente, sin duda lo mejor de la función.
Graves derramamientos de sentimentalismo y azúcar. Si la cosa no acaba de naufragar del todo es por el inspirado diseño de las múltiples criaturas y un aceptable dinamismo en algunas escenas de acción.
El paisaje, la comicidad y los gags feroces son claramente influencias de los hermanos Coen, pero la ejecución es apresurada y poco refinada, con una filmación a veces torpe. No se percibe la brillantez deslumbrante de 'Arizona baby'.
La ternura y la sinceridad se unen en la habilidad de generar emociones a través de las imágenes. El cine de Chaplin, que también lograba conmovernos sin necesidad de palabras, se siente cercano a "Robot dreams".
Decepciona por la fatigosa acumulación de líneas narrativas paralelas, por el exceso de situaciones absurdas y por el nulo carisma del villano, lo que provoca que la historia comience a perder fuerza.
Los primeros cuarenta y cinco minutos son sobresalientes. Sin embargo, el tramo final, a pesar de contar con un clímax excelente, se vuelve redundante y cansador, ya que la duración de dos horas resulta excesiva.
Escatología, palabras gruesas, alusiones al sexo y guiños a la cultura popular se presentan nuevamente con un ingenio admirable y, en ocasiones, con un exceso reprobable.
Algunos diálogos y situaciones son ingeniosos, pero el conjunto está tan presidido por las ganas de gustar, por el buen rollo y la epidermis, que acaba dando grima.
Lastrada parcialmente por su vertiente de obvio panfleto, la película cautiva por la mirada que Goupil aplica a los pequeños protagonistas, que es sensible, sin pretensiones y en ocasiones recuerda a la obra de Truffaut.