Es un trabajo generoso en cargas de verdad, desgranadas a través de una mirada atenta al detalle revelador y de una narración trenzada con admirable capacidad de síntesis.
Michael Bay ha hecho lo que a estas alturas nadie esperaba de él: una obra catedralicia que, sin renunciar a sus señas de identidad estilísticas, revela en él a un creador satírico de alto calibre.
Echegui aporta una gran fuerza a su personaje, mientras que la película transmite un mensaje poderoso y relevante. Sin embargo, la perspectiva de Icíar Bollaín revela signos del jetlag de la conciencia del turista ideal en un mundo cada vez más globalizado.
Película que equilibra un control formal con una emoción auténtica. Kogonada parece ofrecer un nuevo modelo de cine filosófico en el que la forma se convierte en contenido, y lo inverso también es cierto.
'The Assassin' establece una premeditada tensión entre el valor subyugante de sus imágenes y la densidad de un relato a la espera de ser liberado –y descifrado- de la opaca jungla de oro de su formalismo.
Un trabajo notable, capaz de condensar en su preciso metraje la esencia de la seducción de una saga con una personalidad tan marcada como única (...) mucho más de lo que parece.
Thriller de acción que aborda una situación cliché con una notable ligereza en su producción. Sin embargo, a pesar de contar con un elenco repleto de estrellas, los personajes carecen de profundidad y desarrollo.
El secreto de su encanto radica en su ejecución. Esta es una película infantil que mantiene el interés del adulto que la acompaña. Ofrece abundantes dosis de slapstick, así como también momentos de placer más sofisticados.
Un filme de artes marciales sin trampa ni cartón, aunque con una importante carga moral detrás. Un Mamet auténtico en el inicio, pero hacia el final, la lógica verbal que caracteriza a Mamet se detiene, dando paso a lo que podríamos llamar la lógica del jiu-jitsu.
Es secuela solo en su título. Aporta gravedad, grandilocuencia y un toque de irrealidad digital a una historia tan breve como la de su predecesora, pero pierde la espontaneidad que la caracterizaba.
No es solo una excelente película de ciencia-ficción: es uno de esos saltos evolutivos que, de tanto en tanto, propulsan al género hacia inéditos hiperespacios del espectáculo.
Reactiva la saga como secuela postraumática y demuestra un gran compromiso con la obra original, además de mostrar una profunda comprensión de los elementos clave del género.
Habrá quien se pregunte si Lowe ha querido hacer una comedia o una película de terror. La clasificación importa poco: lo realmente relevante es el modo en que su discurso pulveriza ideas recibidas sobre la maternidad.
Derrickson utiliza su talento para crear imágenes impactantes de manera magistral, pero le ha faltado la ambición necesaria. Se ha limitado a construir una atracción pasajera, efectista pero superficial, que solo ofrece un viaje breve en su montaña rusa del miedo.
Hacía mucho tiempo que Gerardo Herrero no afrontaba un proyecto tan aparatoso, pero el resultado -discutible e imperfecto- es lo más estimulante que ha dado su carrera en muchos años.