El director demuestra una gran ambición, aunque tropieza con frecuencia en clichés y exageraciones. Al final, lo que se presenta es un medio diseñado específicamente para la constante lujuria de Oscar, interpretado por un Will Smith que intenta adoptar un acento nigeriano.
En el conocido escándalo 'Rathergate' existían, al menos, dos narrativas en disputa. Al final, ha triunfado la más convencional y conservadora, aprovechando la evidente efectividad de simplificar lo complejo a una dicotomía.
Sergio Machado logra evadir la sensación de déjà vu a través de una meticulosa caracterización de personajes que evita los estereotipos. Es una película idealista, pero no resulta empalagosa. El reparto es muy preciso, aportando una interpretación sobresaliente en cada nota.
Excelencia interpretativa de Maggie Smith, que compone aquí un personaje que es la razón de ser de una película luminosa que ondea la empatía como orgullosa bandera.
El debut cinematográfico de Rupert Goold se centra en el duelo actoral, aunque no consigue que el conjunto se distinga de un habitual telefilme basado en hechos reales.
Una versión ligera y espectacular de un psicodrama orientado a resolver un Edipo complicado. El giro final confirma el talento del debutante para la impudicia/espectáculo.
El guionista Abdel Raouf Dafri parece haber aparcado lo mejor de sí mismo en este trabajo para Leclercq: una funcional adaptación del libro autobiográfico de Marc Fievet.
Un Tosar en otro de sus espectaculares trabajos de composición. 'Operación E' opta por no plantearse si desea ser una película política, transformando su problemático telón de fondo en un simple decorado.
Una película consagrada al impacto instantáneo, pero es innegable que Cortés ejecuta la jugada con aplomo. (...) Lo mejor: un reparto electrizado, del primero al último.
Con estética de suplemento dominical, es una oda al renacimiento espiritual. La interpretación de Richard Jenkins es lo más destacado, mientras que su espiritualidad resulta pret-a-porter.
El cineasta confía el negociado del sobresalto a su departamento de postproducción y no logra que esta historia de renacimiento espiritual se desvíe de su programada ruta de efectismos.
La directora presenta un enfoque empático que refleja su visión del cine como un medio para entender al otro. La esencia de este recorrido selectivo reside en la profundidad de su contenido, sin que le falte ni le sobre nada.
Cohen y West no se han esforzado demasiado en desarrollar un lenguaje documental que explore de manera creativa la distancia entre la figura pública discreta y la exagerada espectacularidad del ícono pop.
Cousins propone una nueva vía de entrada y logra que la revisitación de un clásico no suene a redundancia, sino a descubrimiento. es un trabajo de amor.
No puede liberarse de ese determinista patrón narrativo que caracteriza muchos biopics musicales con final trágico. Sin embargo, a Macdonald parece impulsarle un anhelo de justicia y la intención de reconstruir una identidad en su complejidad, más allá del sensacionalismo mediático.