Una plataforma para plantear pertinentes preguntas acerca de un Jesucristo que quizá nunca había sido en la pantalla tan áspero, desamparado, hostil, desdivinizado y problemático como aquí lo encarna Joel West.
El conjunto presenta una debilidad en su esencia mecánica, lo que lo convierte en algo repetitivo y predecible. Es una opción para aquellos que disfrutan de la neo-comedia con un toque clásico.
Los descubrimientos se encuentran en lo visual, evidenciando que Derrickson posee una madurez estética que contrasta con su indecisión en la narrativa. Es una pesadilla bien ejecutada en su presentación, aunque su simbolismo sobre los miedos que representa es ambiguo.
Con una violencia directa y sin concesiones, Roth satisface los instintos ocultos de su audiencia. Su filme logra captar la atención, pero ofrece una interpretación errónea de Garfield, similar a la que realizó Winner.
'Una familia de Tokio' es casi lo mismo que 'Cuentos de Tokio', pero el poso que dejan uno y otro trabajo es radicalmente dispar. Es tan difícil enfadarse con esta película como amarla con pasión.
La habilidad técnica de Vivas se utiliza en una película que presenta una elegancia expresiva superior a la original, transformando 'À l’intérieur' en una versión más accesible, aunque siempre recordada por su impacto.
Lo peor ocurre cuando Niccol hace hincapié en lo que ya era evidente. Esto provoca que el proyecto colapse, y la exagerada sobreactuación de su justificación política acaba afectando negativamente a la obra en su totalidad.
'Focus' es un despliegue visual impactante. Resulta efectiva en su narrativa, aunque carece de profundidades y matices que inviten a una reflexión posterior. Su eficacia radica en que cumple su propósito, aunque solo se disfruta verdaderamente en una sola ocasión.
El enfoque formal limita el discurso, reduciéndolo a un simple pretexto para mostrar la potencia de la dirección, que se siente más como una exhibición acrobática que como una expresión artística. 'Victoria' es una hazaña impresionante, aunque merecería una causa más significativa.
Una obra de grandes proporciones, con una sofisticación notable en la manipulación de las formas, cuyo objetivo es ofrecer el recital de tecno-porno más impactante que se haya visto.
Vaughn y Jane Goldman logran superar varias de las falencias que presentaba la película anterior. Asimismo, el estilo visual muestra una mayor fluidez.
Cumple con el reto de ser una superproducción de acción irreprochable, en la que se equilibran las siempre hiperbólicas escenas de acción con unas someras notas de humor y con unos trazos emocionales.
La saga, aunque ha ido perdiendo la magia del original, se mantiene alejada de tramas rutinarias. La inestabilidad narrativa parece una reflejo de una mente enferma, pero su atractivo sigue siendo exclusivo para aquellos que son verdaderos aficionados.