La película evoca el ingenio de Kevin Smith, aunque este se pierde en una trama que avanza sin sorpresa. Todo se vuelve predecible y, lamentablemente, carece de la diversión esperada.
La película destaca el valioso patrimonio del folclore local como una fuente abundante y poco explorada de inspiración para el cine de terror. Urkijo logra crear una atmósfera poderosa, aunque su estilo no resulta tan impactante.
Modestas ambiciones. Newell parece haber elegido un enfoque más tradicional en comparación con Alfonso Cuarón, sin embargo, su resultado carece de la singularidad necesaria, lo que lo convierte en una experiencia más fácil de olvidar.
Quizás quiera ser la película que Balzac hubiera rodado antes de la existencia del cine, pero acaba siendo el cerebral ejercicio de estilo de un cineasta enamorado de su propio rigor expresivo.
Serra ha logrado un trabajo conceptualmente sólido, caracterizado por un esteticismo profundamente autoconsciente que integra de manera efectiva los rasgos más destacados de la heterodoxia en su poética.
No es una buena película, pero su anomalía es relevante. Es un 'Inland empire' contado a las marujas, un cóctel de convención y experimento que indaga en los temores y fobias de la mujer encapsulada en el edén de la clase media acomodada.
En este film, el director tailandés se establece como una intrigante paradoja: un cineasta que promete definir un arte del futuro a la vez que transmite una rica sabiduría ancestral.
Existen instantes valiosos, sin duda, pero es fácil perder el interés en esta exagerada exaltación de la inmadurez, que simplifica todo al conflicto fundamental de la era de Instagram.
El prólogo presenta una gran expectativa, sin embargo, la película se mueve entre una estética extravagante y una exageración que se sostiene en los temas del miedo y la voluntad.
Un epílogo sugiere que este podría ser el inicio de una saga en línea con el inusual tríptico superheroico de Shyamalan. Sin embargo, lo más destacado es la firmeza con la que Yarovesky desarrolla su premisa.
Famélica ficción. La introspectiva protagonista de 'Los juegos del hambre' navega por la historia como si fuera un personaje de un videojuego monótono. La dirección se siente notablemente torpe.
Una obra de terror que se destaca por su enfoque minimalista y casi abstracto, ofreciendo una reflexión sutil sobre la banalidad de la violencia en la actualidad. Además, demuestra una ejecución técnica impecable y un gran manejo del lenguaje visual.
Pesadilla egomaníaca y paranoica sobre la psicopatología de la fama. Es el 'Ocho y medio' de Kitano, así como su 'Mulholland Drive'. Un ejercicio de autoinmolación de alguien que ha perdido la estima por sí mismo, pero no logra zafarse de su propia genialidad.