Cruda, procaz y marcada por una fragilísima ternura, la película se abre en arriesgada clave grotesca y tragicómica: un registro que el cineasta nunca había tanteado, pero que solventa con visceral energía y gran capacidad.
La ejecución, tanto por parte del cineasta como de su elenco, es asombrosa. Verdadero cine de la provocación, que cuestiona las apriorísticas certidumbres de su espectador.
Esta película es la crónica y, al mismo tiempo, la culminación de un heroico relato de épica docente. Un trabajo al que le hubiese venido bien mayor sobriedad de tono.
Una película notable. Por tono, se asemeja a 'Adventureland' (2009), aunque no logra igualar su nivel. Faxon y Rash parecen más interesados en crear un ejercicio de carisma indie que en explorar la verdadera esencia de su material.
Este difícilmente clasificable 'Nosotros y yo' revela una insólita faceta del director como cronista social limpio de moralina, distancia y condescendencia.
Fincher se presenta como un fiel transcriptor de un guión impecable, permitiéndose una sutil floritura de estilo. A través de una escritura que, por su perfección, resulta inquietante, logra establecer un nuevo clasicismo.
El trabajo de Freixas y Espinosa se zambulle en el tópico y la cursilería, pero acaba emergiendo en otro lado y el resultado -un sólido producto comercial- proyecta su onda expansiva más allá de su público natural.
Las mayores virtudes de la propuesta son su concisión, su aversión a cualquier tipo de discurso intrascendente y su deseo de alejarse de los arquetipos y clichés del género carcelario. Sin embargo, 'La perrera' presenta algunos momentos en los que pierde fuerza.
El planteamiento ya es lo suficientemente sofisticado, pero 'Rumores y mentiras' aún se guarda otros ases en la manga para amplificar su grado de excelencia.
Extraña, áspera y agresiva película. Su habilidad para describir la lógica secreta de un universo enfermizo revela en Lanthimos a un delicado orfebre de materiales oscuros, con un meritorio manejo del humor negro.
Lago y Cervantes se entregan con energía, verdad y convicción, mientras Gómez Pereira aporta frialdad y un autocontrol que en ocasiones se asemeja a la inercia, a diferencia del fuego y el apasionado ímpetu que mostró en 'Entre las piernas'.
XXY es pura complejidad destilada en precisión de discurso. Es una de las historias de amor más heterodoxas y delicadas que este crítico ha visto en mucho tiempo. Puenzo logra encontrar el lenguaje perfecto para expresar todo sin caer en sobreactuaciones.