Chang-dong planifica su puesta en escena de manera que la tormenta de la tragedia se presente sutilmente en el fondo. A lo largo de la película, introduce ecos y recurrencias que, al llegar al desenlace, evidencian que cada uno de los 139 minutos de metraje resulta esencial.
Esta es, en el fondo, una heterodoxa historia sobre la reconstrucción de una amistad escondida bajo una comedia de contrarios, obra de un supuesto autor satírico que se ha revelado un gran retratista de personajes complejos.
El filme evita caer en soluciones dramáticas simplistas, pero opta por situarse en un limbo insatisfactorio que oscila entre la celebración épica y su opuesto.
Se mantiene fiel al código estético marcado por Aubier, Patar y Renner, aunque el sustrato de animación 3D, cuidadosamente tratado, a veces afecta la fluidez de los movimientos, lo que en ocasiones resulta en una sensación mecánica.
Logra la considerable proeza de erigirse en la más distinguida y reflexiva entrega de la saga en esta resurrección, no sólo hay talento, sino también afecto e inteligencia.
Con unos diálogos que sirven de motor screwball al conjunto, 'Mistress America' no aspira al diagnóstico generacional: brilla en el retrato preciso de un personaje complejo.
Un retrato femenino complicado, matizado y exquisitamente realizado, sustentado por la entrega, el arrojo y la dedicación de una actriz excepcional. La interpretación de Sarandon es simplemente deslumbrante.
Muy sorprendente, este trabajo va más allá y parece abrir un nuevo territorio expresivo, donde la comedia del desconcierto abre su puerta a la desesperación y la hondura existencial.
La actriz Valeria Golino firma su debut en la dirección con justeza de tono, un estilo visual que apoya la subjetividad del discurso y una valiente apuesta por la complejidad y las ambigüedades.
Un irresistible thriller en miniatura. Schreier maneja su delicado material con inteligencia y humor, aunque no siempre controla el tono de sus apuntes satíricos.
La película presenta en ocasiones situaciones típicas de la comedia de adultos mayores, sin embargo, logra un equilibrio aceptable entre el uso del humor negro y las dinámicas propias de un grupo de amigos de la tercera edad que se reúnen.
Habrá quien acuse de tremendismo a Considine y es cierto que 'Redención' no es la película más agradable de ver un sábado por la tarde, pero su propuesta formula un nuevo humanismo en las aparentes cloacas de lo cotidiano.
Sorprendente, madurísima. Hathaway y Sturgess hacen que la película resplandezca, pero son Nicholls y Scherfig quienes ofrecen una lección magistral en la concreción narrativa y en el entendimiento de las fragilidades humanas.
Proporciona una generosa ración de humor pop algo malintencionado, lanza cargas de profundidad a la América de fe creacionista y satiriza, quizá con demasiado afecto, el universo del inmaduro Comic-Con freak.