Fincher se presenta como un fiel transcriptor de un guión impecable, permitiéndose una sutil floritura de estilo. A través de una escritura que, por su perfección, resulta inquietante, logra establecer un nuevo clasicismo.
El trabajo de Freixas y Espinosa se zambulle en el tópico y la cursilería, pero acaba emergiendo en otro lado y el resultado -un sólido producto comercial- proyecta su onda expansiva más allá de su público natural.
Aquí Wright convierte cada fotograma en una exagerada caja de resonancia, pero su incesante festival de pirotecnias lo establece como un formalista repleto de energía y gran capacidad de invención.
Las mayores virtudes de la propuesta son su concisión, su aversión a cualquier tipo de discurso intrascendente y su deseo de alejarse de los arquetipos y clichés del género carcelario. Sin embargo, 'La perrera' presenta algunos momentos en los que pierde fuerza.
El planteamiento ya es lo suficientemente sofisticado, pero 'Rumores y mentiras' aún se guarda otros ases en la manga para amplificar su grado de excelencia.
Extraña, áspera y agresiva película. Su habilidad para describir la lógica secreta de un universo enfermizo revela en Lanthimos a un delicado orfebre de materiales oscuros, con un meritorio manejo del humor negro.
Brillante y precisa. La zona de tránsito hacia una madurez envenenada que centra la historia no es un espacio de aprendizaje, sino de decepción, y Mottola logra evocarla sin resentimientos ni autoengaños.
Es una de las películas menos sexuales y, al mismo tiempo, más cargadas de sexo que este espectador ha visto. Destaca un propósito loable de desafiar la inercia y los clichés, además de una clara conciencia de lo que se busca transmitir.
La propuesta logra que su ironía sobre los lugares comunes del género no afecte su capacidad para atraer al público de las multisalas. Esto reafirma a la guionista de Juno como una astuta crítica satírica de la actualidad.
Lago y Cervantes se entregan con energía, verdad y convicción, mientras Gómez Pereira aporta frialdad y un autocontrol que en ocasiones se asemeja a la inercia, a diferencia del fuego y el apasionado ímpetu que mostró en 'Entre las piernas'.
XXY es pura complejidad destilada en precisión de discurso. Es una de las historias de amor más heterodoxas y delicadas que este crítico ha visto en mucho tiempo. Puenzo logra encontrar el lenguaje perfecto para expresar todo sin caer en sobreactuaciones.
Un material que se distancia en tono, intenciones y espectacularidad de Las crónicas de Narnia. Es un relato cruel, más dirigido a un público pre-adulto que a uno infantil. No subestima a sus espectadores, pero se asemeja demasiado a un telefilme de sobremesa, careciendo de efectos especiales y de la poesía que se esperaría.
Un hallazgo sorprendente en medio de tantas superproducciones que sufren de exceso. Se trata de una película dirigida al público adolescente que se esfuerza por no parecer un videojuego, cuidando a sus personajes y manteniendo conexiones con la buena literatura juvenil.
No es un prometedor debut, sino una de las películas españolas más impresionantes en lo que va de año, madurísima destilación de unas reminiscencias de infancia asimiladas a través de una virtuosa representación.
Modélica aproximación a un viacrucis recorrido por un buen número de familias adoptivas. 'La adopción' aborda un problema (social) concreto, pero su verdad no es en absoluto coyuntural, sino universal.
Radical ejercicio de concisión narrativa que corre el riesgo de ser subestimado cuando, en realidad, es el afinamiento del cine social de los hermanos Dardenne, siempre limpios de paternalismo y sermoneo ideológico.