Consigue de admirable manera tersa un extraño y asombroso acuerdo entre la diafanidad de una lisa escritura fílmica y la tenebrosa oscuridad de una distopia de hondas prolongaciones filosóficas.
Una alegoría zoológica caricaturesca y antihumanística que se presenta desde los créditos, donde los productores asumen el indomable papel de los leones, mientras que el realizador interpreta a un inofensivo zorrito.
Señala, detalla y desmonta al Ego interior e irreconocible e inconfesable, con todas sus trampas y subterfugios brutalmente superpuestos como espejos enfrentados. una simple faramalla desinflada, mucho ruido y pocas nueces.
Se coloca bajo la bandera prestigiosamente transgresora para realizar, con un agudo humor anglocanadiense, un compendio de las tensiones cronenbergianas que van del horror biológico de 'Rabia' o 'Engendros' del mal a la sobrecarga novelística.
Toda una parafernalia mixta de cine de aventuras a la intemperie imaginativa, thriller hiperviolento, horror film superabusivo, fábula pánica y reivindicada alegría de vivir repleta de elementos absurdos y descabelladas escenas de colección.
Enfila toda la carga pesada de su fábula psicosociológica, típica de cierto cine andino adulto y culto pero sordo y gris, contra el poder judicial, con cualquier tópica, pintoresca, pícara y abyecta cantidad de arreglos y “cojudeces por el estilo”.
Conmovedor debut describe y narra incansablemente de forma contemplativa y dulce, a la vez que vehemente, oscilando entre la tensión del presente y la frustración del pasado.
Expele en conjunto la desasosegante alegoría de un país estragado por la omnívora presión militar exterior-interior sobre la irracionalidad de la indefensa población civil.
Se presenta como una cautivadora y emocionante película de aventuras exóticas y de amor, un tipo de cine que Hollywood dejó de hacer al perder su inocencia y su rumbo artístico.
Coloca con loca fruición a su extraño y demente relato perturbador/perturbado, a semejanza de las anteriores regias e inasibles fábulas tragicómicas del director.
Llega a su clímax, intentándolo de nuevo, pero no logra superar esa experiencia extrema. Se encuentra en un coitocircuito interno que nunca la satisface.
Elige una autenticidad autoral que se coloca en una extraña alianza humorístico-poética de pesquisas criminales y travesuras infantiles enfrentadas y muy pocas veces convergentes en auxilio mutuo.
Es una mezcla de veneno y un elixir que representa la vida en su forma más extrema, mostrando una belleza pura y absoluta reflejada en su protagonista.