Una exploración hermosa y moderna de la leyenda germánico-escandinava de Ondina, presentada de manera metaficcional, que resulta absorbente y inquietante.
Lleva hasta sus últimas consecuencias un desconcierto narrativo que recuerda a "Rayuela" de Cortázar, presentado como un homenaje sintético y sincrético a la famosa película de Richard Linklater, que se estructura en tres episodios.
Inextricable pero fascinante film saca el máximo partido a su prurito de extraterritorialidad bien calculada en todos los órdenes posibles, una extraterritorialidad dramática muy tensa e intensa.
Lila Avilés se establece como una excepcional cineasta mexicana, capaz de transmitir una profunda inquietud que emerge de los estímulos sensoriales y crea conexiones emocionales en múltiples direcciones.
El triángulo sexoisóseles logra narrar de manera extraordinaria una historia contemporánea llena de pasión y sentimientos encontrados, sin caer en el patetismo ni en la sensiblería.
El deslumbramiento perdurable genera una evocadora y cautivadora visión poética, que se presenta sin extravagancias y se enriquece con lujosos y sutiles detalles.
Lleva al límite el esquema narrativo de la historia, culminando su tensa travesía en el caos, donde las causas del desorden se presentan como un efecto sencillo de Zoom.
Fina sátira juguetona sobre las ansias de boda de una chava emocionalmente deshecha y autodevaluada, desternillante y escéptica relectura antirromántica.
Círculo vicioso de una forma de la misoginia asumida por las propias mujeres y enarbolada denigrantemente so pretexto de comedia romántica/antirromántica.
Una película sorprendentemente emotiva y cariñosa, que se destaca por su profunda conexión emocional. Su narrativa fluye sin restricciones, llevándonos a experimentar una sensación de empatía genuina.
El filme plantea la incertidumbre sobre si los numerosos desenfoques presentes cumplen una función específica o si simplemente son caprichos estilísticos de la cinefotógrafa María Secco.
Impecable, adopta un estilo fluido y sumamente pulido para expresar sus abundantes ideas. Este enfoque parece ser espontáneo, sin tropiezos, lo que le da un toque casi familiar.
Desborda un evidente desaprovechamiento de talento, incluyendo el brillante y vasto potencial de Trier, así como el triste talento de cada uno de sus personajes masculinos.
Centra toda su tensa e intensa potencia conmovedora en el trazo de ese fascinante personaje juvenil femenino que representa a la vez el mejor modelo apátrida.
Vendría a ser cualquier cosa menos únicamente un cuento de hadas; sería un cuento, pero envenenado. También sería un panfleto feminista, pero hipersensible. Y sería un relato edificante, pero con un toque acerbo.