El triángulo sexoisóseles logra narrar de manera extraordinaria una historia contemporánea llena de pasión y sentimientos encontrados, sin caer en el patetismo ni en la sensiblería.
El deslumbramiento perdurable genera una evocadora y cautivadora visión poética, que se presenta sin extravagancias y se enriquece con lujosos y sutiles detalles.
Lleva al límite el esquema narrativo de la historia, culminando su tensa travesía en el caos, donde las causas del desorden se presentan como un efecto sencillo de Zoom.
Fina sátira juguetona sobre las ansias de boda de una chava emocionalmente deshecha y autodevaluada, desternillante y escéptica relectura antirromántica.
Círculo vicioso de una forma de la misoginia asumida por las propias mujeres y enarbolada denigrantemente so pretexto de comedia romántica/antirromántica.
Aplica y renueva las técnicas del ancestral behaviorismo cinematográfico hasta llevarlas a sus últimas consecuencias narrativas y observacionales del comportamiento de un personaje negativo aunque neutro y políticamente incorrecto.
Una película sorprendentemente emotiva y cariñosa, que se destaca por su profunda conexión emocional. Su narrativa fluye sin restricciones, llevándonos a experimentar una sensación de empatía genuina.
Ha logrado sublimar la semiótica instantánea a nivel de neothriller sórdido, con luminosa acción estilizada y análisis críptico de cien fuerzas oscuras en pugna.
El filme plantea la incertidumbre sobre si los numerosos desenfoques presentes cumplen una función específica o si simplemente son caprichos estilísticos de la cinefotógrafa María Secco.
Con una feroz determinación, se enfoca en revelar todos los secretos ocultos y embarazosos, que han estado cuidadosamente escondidos. Esta búsqueda se convierte en una astuta y audaz autodenuncia de la insigne señora, llevándola a una exposición sin pudor.
Impecable, adopta un estilo fluido y sumamente pulido para expresar sus abundantes ideas. Este enfoque parece ser espontáneo, sin tropiezos, lo que le da un toque casi familiar.
Desborda un evidente desaprovechamiento de talento, incluyendo el brillante y vasto potencial de Trier, así como el triste talento de cada uno de sus personajes masculinos.
Centra toda su tensa e intensa potencia conmovedora en el trazo de ese fascinante personaje juvenil femenino que representa a la vez el mejor modelo apátrida.
Vendría a ser cualquier cosa menos únicamente un cuento de hadas; sería un cuento, pero envenenado. También sería un panfleto feminista, pero hipersensible. Y sería un relato edificante, pero con un toque acerbo.