Mundo petrificado de un humor absurdo postsurrealista-posMonty Python que revela los ácidos sinsentidos de tu patética cotidianidad seudocivilizada inherentemente cruel.
Bello y austeramente visualista primer largometraje documental del privilegiado realizador-fotógrafo Lois Patiño, que registra de manera intensa y plástica la neblinosa y húmeda vida cotidiana de los aserradores.
Secreta imágenes y escenas de gran poesía lírica y terminal con aliento fieramente cósmico, (...) se afirma finalmente como una melancólica reflexión hiperdecadente sobre la extinción del celuloide (vuelto ya nostalgia de sí mismo) por el arribo del digital.
Propone un novedoso e irritante tipo de relato ciencia-ficcional y metanarrativo que de hecho sólo plantea las ensimismadas piezas fascinantes por autofascinadas de un misterioso rompecabezas que cada quien puede armar como le dicten su capacidad intelectual.
Extiende, consolida y clausura sus pliegues con la mayor sencillez posible imaginable, (...) en torno de un héroe tan discreto cuan vorazmente hegemónico, como si todo, realidad o ficción, estuviese determinado y dispuesto al modo de una suma de breves poemas.
Un vampirismo que hoy arraiga en un western lyncheano musulmán como revelador revulsivo, mundo de la ronda nocturna de un mefistofélico ángel exterminador femenino en chador sepulcral.
Renueva y magnifica la comedia ligera screwball intimista y familiar, a un tiempo desidealizadora hollywoodense y posmasoquismo woodyallenesco del siglo pasado (que allá se quedaron por fortuna).
Sitúa intempestivamente su mezcolanza de actores shakespearianos y su postura antiespectacular-antiacadémica-antiBranagh en algún incógnito y precario territorio perdido entre el cine independiente cuasi casero, la retórica domesticada y el glamour al revés.
Consuma el prodigio de tomar a su vez por traidor asalto al hiperviolento neothriller psicológico actual en una superestilizada cinta de inacción violenta con súbitas acometidas de acción trepidante, en ultraplaticado tono deliberada y alevosamente menor.
Toma como conducto de expresión genérica, quasi expiatoria, la perfección hipercalculada de un thriller ético, ambiguo, alerta y nervioso, académico/antiacadémico en más de un sentido.
Plasma la abominación intelectual y conductual desde otra abominación expresiva, formal y dramática, que la duplica o la multiplica: fotografía truculenta (...) música efectista.
Gusta de narrar y construir significados malportadamente, pero a la antigüita, (...) [un relato] tan conmovedor como victorioso pese a todo, contra viento y marea.
Mundo del documental de observación desnuda a lo Ser y tener de Philipot, mundo hecho de paciencia electoral interna y de más paciencia neutra hasta que de cada situación surjan atisbos del alma de las jóvenes primordialmente.
Implacable debut que maneja de manera magistral e inesperada, como ningún otro en el afrocine estadounidense contemporáneo, la paradoja intelectual, el humor autocrítico y una sátira desmedida, sin restricciones ni subterfugios.