'Venom: Carnage liberado' es víctima de un montaje de planos cortos entrelazados con un frenesí que transforma las escenas en un espejo astillado, dificultando la percepción de una narrativa coherente y convirtiendo las imágenes en fragmentos sueltos y desordenados.
Esta adaptación se mantiene fiel al argumento original, aunque introduce cambios notables, especialmente en su último tercio. El guión destaca por diálogos que se transforman en intensos duelos verbales, potenciando así el humor negro.
El guión logra presentar un giro significativo cada 30 minutos y, en sus dos primeros tercios, evoca el ambiente de las historias sobre sectas que fueron populares en los años 70.
Strickland es un narrador visual brillante y también destaca por su excelente trabajo en sonido, evocando las bandas sonoras de las películas de Argento. Esto enfatiza la atmósfera de irrealidad que permea toda la película.
Parece que la precisión y la crítica mordaz que definieron a 'El día de la bestia' han quedado atrás. En su intento por retratar los contrastes sociales de España, De la Iglesia no logra ir más allá de situaciones que resultan más grotescas que humorísticas.
En 'Hermanos de sangre' late un espíritu adolescente que no sólo refleja lo que se ve en pantalla, sino que evidencia la camaradería que mantienen fuera de campo los directores, guionistas y actores de esta movida.
Lejos de recurrir al absurdo para potenciar los gags mediante un contexto inapropiado, la comedia negra de Chenillo elige un humor seco y agridulce que revela las diversas maneras en que los seres humanos afrontan ese momento inevitable y definitivo.
Con una concepción artística replicada de la película original, el cineasta uruguayo utiliza en buena forma una estructura muy clásica dentro del cine de terror más elemental.
Paul Schrader no puede evitar plantearse una y otra vez acertijos morales que no necesariamente se resolverán en el final. El contador de cartas es la última manifestación de esa búsqueda obsesiva.
Por momentos, la obra se sumerge en la estética de la miseria y la violencia que caracteriza a las clases bajas, un elemento recurrente en muchas producciones latinoamericanas destinadas al mercado internacional.
Rowling explora el cruce del Atlántico para enriquecer su mundo con diferencias culturales y lo hace de forma humorística. Además, aprovecha las características del nuevo escenario para construir un universo distintivo que se aleja de la historia anterior.
La película se presenta como un simple entretenimiento, un objetivo que aunque modesto, no deja de ser valioso, y se enfoca en alcanzarlo. En términos generales, se puede afirmar que lo consigue.
Aunque elige un enfoque naturalista, evidente en la sutileza de las actuaciones y la forma sencilla en que se presenta, la película incurre en ligeros excesos que afectan la conexión con el realismo.
Es un ensayo que explora intensamente la experiencia femenina y la profunda necesidad de fragmentarse que sienten muchas mujeres. Eva Green entrega una actuación memorable, llevando su interpretación al límite y aportando una presencia física notable.
Un dispositivo de montaje extremadamente básico que, a pesar de su simplicidad, resulta ser abrumador, ya que en tan solo una hora y media muestra el trabajo intencionado detrás de su creación.
El aporte de este trabajo al cine y a su género es completamente inexistente. No ofrece nada novedoso, ya sea en su narrativa o en su estética, que logre captar el interés del público.
Narrada con seguridad y manteniendo la esencia clásica de la novela original, Spielberg se aleja de los clichés y las influencias comunes de los grandes éxitos cinematográficos actuales.