Retrato en ausencia de un personaje evitado, este documental ofrece no pocos méritos y hallazgos. 'Una casa sin cortinas' es la puesta en escena de una de las llagas que permanecen abiertas.
Quizá la decisión más acertada de la película, que nunca consigue ir más allá de la corrección ni apartarse del estricto Manual de la Buena Biopic, es la elección del actor francés Vincet Cassel para interpretar a Gauguin.
Desde el título, el film ofrece una perspectiva paternal. A lo largo de la historia, se convierte en un retrato limitado y superficial de uno de los criminales más notorios del siglo pasado, resultando en un manual sobre el narcotráfico para principiantes.
Aunque impactan las imágenes de las contiendas de Maravilla Martínez en pantalla grande, el documental de Juan Pablo Cadaveira se presenta como rígido y lineal en su estructura, lo que afecta su efectividad al intentar denunciar los manejos irregulares en el boxeo.
Cruzando el documental con una pizca de ficción, la dupla de directores busca echar luz sobre los costados menos conocidos del músico argentino, con ayuda de cintas con su propia voz.
De Claudia se presenta como una película desconcertante y desencajada, que utiliza una actuación exagerada para crear un ambiente de inestabilidad, manteniendo un delicado equilibrio en el límite de la cordura.
Cuando los secretos comienzan a revelarse, 'Todos lo saben' pierde fuerza. A partir de ese momento, Farhadi se enfoca más en el impacto simbólico que en el desarrollo del drama, como si repentinamente hubiera dejado de confiar en sus recursos más efectivos.
Puede ser interpretada como una crítica de clase contra cierto tipo de rico insensibilizado. Pero a diferencia del film de Östlund [Triangle of Sadness], no se expresa en una dialéctica burda, eligiendo el camino de la alegoría fantástica.
El director no confunde la violencia con la crueldad, mostrando hacia el desenlace un cariño y respeto por sus personajes que es inusual en relatos de esta índole, con intenciones tan marcadamente trágicas. Es una muestra de nobleza cinematográfica que merece ser resaltada.
Con la ultraviolencia explícita como sello distintivo, 'Diablo' se adentra en un humor negro salvaje, muy característico del cine alternativo argentino, aunque raramente logra abrirse paso en el circuito comercial, situación que ahora está cambiando.
En los episodios iniciales de 1994 y 1978, el relato se desarrollaba de manera fluida gracias a las citas, homenajes y referencias a películas que servían como fuentes de inspiración. Sin embargo, en esta última entrega, la narrativa se siente mucho más forzada.
Como ocurría con 'El día de la bestia', la historia del nuevo filme del director español hace eco del profundo legado que la Inquisición ha dejado en las identidades ibéricas. Comienza a la altura de lo mejor de De la Iglesia, pero, lamentablemente, su desarrollo pierde fuerza.
Lo más destacable es, sin duda, Nicolas Cage. Logra dotar de humanidad a su personaje de mago, añadiendo un toque de magia a 'Aprendiz de brujo'. Este es un gran mérito tanto para él como para el filme.
La utilización de los recursos del arcade y la repetición de situaciones al estilo de Hechizo del tiempo podría haber dado lugar a un subproducto más. Sin embargo, la película logra superar sus propias limitaciones.
En 'Feliz día de tu muerte 2', el aspecto aleccionador se vuelve esencial en la resolución del dilema, priorizando una intención moral sobre el mecanismo cinematográfico. Esto debilita la faceta cómica y afecta negativamente el resultado final.
El western ha sido históricamente un género político, empleado para reflejar la historia y los valores de Estados Unidos como nación. El director de 'Día de entrenamiento' aprovecha sabiamente esta herramienta.
Aquí todo se presenta de manera más convencional y, sobre todo, le falta el humor autoconsciente. Esa ausencia de humor, o mejor dicho, el fracaso en encontrarlo, convierte a 'La Princesa' en una experiencia insatisfactoria.
Aprovechando los recursos de las historias de fantasmas o de casas embrujadas, pero encontrándole una nueva vuelta de tuerca a partir del “elemento étnico”, 'Su casa' resulta una expresión del horror no solo como experiencia lúdica.
A partir de recursos simples y efectivos, David Lowery propone un relato que aborda con sensibilidad cuestiones como la muerte, el duelo y los dispositivos emocionales que se activan con la pérdida.