Íntima y aún así comunicativa, perspicaz pero profundamente personal, 'Infinitely Polar Bear' supone un irresistible debut de la escritora-directora Maya Forbes.
Uno de los grandes romances del cine de la era moderna alcanza su expresión más rica y completa en esta tercera entrega. Exquisita, melancólica, hilarante y catártica.
Está concebida con gusto pero resulta demasiado predecible. A veces es sensible y aguda; en otros momentos, revela una perspicacia cultural, aunque también cae en el exceso de generalidades en su melodrama sobre la familia disfuncional.
Una pequeña película con un gran corazón. 'Safety Not Guaranteed' es una excéntrica comedia de ciencia ficción que explora el amor como una de las últimas aventuras arriesgadas.
Emocionalmente desgarradora y suave por momentos, este cuento de invierno bien interpretado es una experiencia más narrativa que las entradas más líricas de Green en Sundance.
Un festín auditivo y visual en el que la propia comida es implacablemente escrutada e incluso desfamiliarizada. Todo es de un gusto terrible. También es delicioso.
Aunque esta dramedia de John Wells está animada por unos montajes que hacen la boca agua y un intenso y nada sorprendente giro de Cooper, el guion de Steven Knight se sirve ácido, pero poco profundo.
Lasse Hallstrom retoma el camino que siguió con 'Chocolat' en esta densa propuesta cinematográfica centrada en la comida casera, ofreciendo una lección bienintencionada sobre la convivencia étnica.
Su sátira nace en un lugar de verdadera sinceridad. 'Tampopo' no sólo se toma la comida en serio; explora cómo la comida afecta a los pilares de cada cultura.
Joel David Moore encabeza un elenco lleno de personajes diversos y alocadamente combativos, a los que el guionista Adam Green despacha con un disfrute palpable y un amor evidente por las convenciones del género.
A pesar de su enfoque sutil y discreto, el humor de los personajes no logra establecer el ritmo adecuado. La película necesita superar varios obstáculos para alcanzar su máximo potencial.
Anais Demoustier y Romain Duris brindan interpretaciones sutiles y excepcionales en la nueva película de François Ozon, que resulta ser deliciosamente entretenida.
Con un agudo ingenio y resultados satisfactorios, esta bulliciosa y sincera historia de amor de un perdedor seguramente cosechará éxitos gracias a las buenas críticas y al 'boca a oreja'.
Los directores conservan su sensibilidad poco convencional y su atención a los personajes, y al mismo tiempo ofrecen un escaparate agudo para el enorme talento de Zach Galifianakis.