El último 'live-action' de Disney anhela ser parte de tu mundo. Halle Bailey brillará y se convertirá en una estrella, pero el resto de la película se siente insípido.
Los niños siempre necesitan relatos que destaquen la importancia de ser auténticos en un mundo que a menudo no acepta las diferencias. Historias como esta cumplen esa función, pero ¿por qué no explorar más a fondo este tema?
Una carta de amor pacifista que se presenta a través de un desconcertante número de hechos sobre palomas. La película se eleva cuando se enfoca en las bromas simples y en la acción absurda.
No es un éxito rotundo, pero al menos intenta jugar su propio juego. Sin embargo, el guion sobrecargado y el ritmo lento de los dos primeros actos perjudican su desarrollo.
Si existe para demostrar que hay vida en las viejas historias, ese es el tipo de recordatorio que Hollywood necesitaba oír lo antes posible. Eso sí, no esperes que los más jóvenes se vuelvan locos por ella, al menos no todavía.
Se trata de una historia humana, tan desordenada, compleja y desconcertante como cualquier otra jamás contada, y aunque Bratton la hace suya, la generosidad con la que la comparte la hace realmente especial.
Divertida, empoderada, sexy, emotiva, un poco aterradora, y todo ello de la mano de una Jennifer López arrebatadora cuya interpretación de verdad merece recibir alguna consideración en los premios.
Da la sensación de que necesita algo más que rezos para funcionar. La situación está muy poco desarrollada para recibir un tratamiento cinematográfico.
Anunciada como 'una odisea cinematográfica narrativa', la carta de amor de J.Lo al romance es demasiado estrambótica y cursi como para llegar al meollo de la cuestión.
En sus aproximadamente 90 minutos de duración, 'Sly' abarca mucho terreno y debería gustar tanto a los aficionados a Stallone como a los interesados en saber más sobre la icónica estrella más allá de 'Rocky'.
Cuando Williams y Robinson sueltan el control y permiten que la película resulte tan original y libre como Bologne lo estaba en el apogeo de sus poderes creativos, 'Chevalier' sube como la espuma.
La gran sorpresa y alegría de la narrativa directa de Micheli es que, gracias al acceso íntimo y al montaje inteligente, tenemos simpatía por el aparente caso de síndrome del impostor de López.
Aquellos que no quieran ver a esta iconoclasta adolescente en toda su humanidad cambiarán su manera de pensar después de su visionado gracias a lo que Grossman y su estrella ponen sobre la mesa.