Los significados de 'Close-Up' se transforman de manera sutil y profunda en cada visualización, dejando en claro que las recompensas que ofrece son infinitas.
La incertidumbre del director añade una fascinante tensión que beneficia a 'Boy Meets Girl'. Te sientes identificado con las luchas de los personajes, a pesar de que ambos mantienen una distancia crítica entre sí.
Las emociones profundas y reales están presentes en cada acción, ya sea un acto de intimidad, un abrazo duradero o el desgarrador hallazgo de que la muerte no acaba con el amor.
Las primeras escenas logran un realismo refrescante. Sin embargo, los personajes se convierten en transmisores poco creíbles de una crítica política que carece de sutileza.
Su intención es loable al intentar ofrecer una plataforma a la víctima a través de una cuidadosa reconstrucción. Sin embargo, es discutible cómo Hormann presenta el asesinato de Aynur como un desenlace inevitable.