Hay mucha historia fascinante aquí y Roth y De Niro la presentan de forma competente a través de un hombre, pero para ser una película tan larga, es sorprendentemente superficial.
Una historia sobre la moralidad y los medios, agudamente observada, bien interpretada y dirigida con cariño, que resuena mucho más allá de su localización en los años 50.
Después de seis películas, Zombie aún no logra ofrecer una narrativa innovadora, crear personajes que tengan más profundidad que su maquillaje o dirigir escenas de acecho que sean realmente intrigantes, ni momentos de violencia que realmente impacten.
Es inquietante el trabajo de alguien que parece considerar los asesinatos masivos como algo atractivo y que carece de empatía hacia las personas comunes, aunque recrea con éxito la atmósfera de la década de los setenta.
Además de ser completamente derivativa, se siente como una 'película-contenedor', una copia exacta de un producto ya existente sin corazón ni originalidad.
Una película bien elaborada y entretenida, con una excelente puesta en escena. Sin embargo, no aporta nada nuevo al género. Es un reflejo del tipo de terror de su época, aunque logra cumplir con su cometido.
La interpretación de Maxine por Mia Goth es lo que resultaría de la fusión de los personajes de Robert De Niro y Jodie Foster en Taxi Driver, combinados en el telepod de 'The Fly'.
Sus formidables interpretaciones, especialmente la del amenazante y carismático Henshall, y una narración expresionista hacen de esta ópera prima de Kurzel una película australiana a seguir. Dura, pero merece la pena verla.
Una apasionante, conmovedora y extraña película... lo raro es que se parece a muchas otras películas apasionantes, conmovedoras y extrañas que hemos visto últimamente.