Una historia sobre la moralidad y los medios, agudamente observada, bien interpretada y dirigida con cariño, que resuena mucho más allá de su localización en los años 50.
Después de seis películas, Zombie aún no logra ofrecer una narrativa innovadora, crear personajes que tengan más profundidad que su maquillaje o dirigir escenas de acecho que sean realmente intrigantes, ni momentos de violencia que realmente impacten.
Es inquietante el trabajo de alguien que parece considerar los asesinatos masivos como algo atractivo y que carece de empatía hacia las personas comunes, aunque recrea con éxito la atmósfera de la década de los setenta.
Una película bien elaborada y entretenida, con una excelente puesta en escena. Sin embargo, no aporta nada nuevo al género. Es un reflejo del tipo de terror de su época, aunque logra cumplir con su cometido.
Sus formidables interpretaciones, especialmente la del amenazante y carismático Henshall, y una narración expresionista hacen de esta ópera prima de Kurzel una película australiana a seguir. Dura, pero merece la pena verla.
Una historia sobre los orígenes sorprendentemente efectiva. Introduce varias triquiñuelas inesperadas y una ruptura atrevida del típico argumento de jóvenes-visitan-la-granja-y-son-asesinados.
Hosking presenta actuaciones muy comprometidas, aunque adolecen de una monotonía intencionada. Su inventiva visual es notable y la música original permanece en la memoria.
Derrickson regresa en gran forma después de su insípido remake de 'Ultimátum a la Tierra', ofreciendo un filme de terror que resulta ser bastante efectivo.
Mejor que la segunda película, aunque no es tan firme como la primera. Rapace la pone el listón altísimo a Rooney Mara para el remake de David Fincher.
No es un buen punto de partida para los nuevos espectadores y Mandylor carece del carisma de Bell. Sin embargo, esta sexta entrega vuelve a los fundamentos de 'Saw' de forma apasionante y cruda.