La película presenta un enfoque excéntrico y una trama tensa similar a 'After Hours', pero se distingue como una obra única. Aborda el Fin del Mundo combinando humor negro, una profunda rabia y un sentimiento auténtico.
Es una obra inteligente, bien escrita e interpretada, con un perverso sentido del humor y geniales efectos especiales. Un festival del gore y una de las mejores películas de terror de los ochenta.
No te da ni un minuto de descanso, alternando entre la sátira y la violencia extrema, presentando momentos que logran hacer temblar incluso al espectador más resistente.
La saga pierde impulso al finalizar la primera entrega, por lo que la capacidad de los guionistas para transformarla en una trilogía debería ser digna de admiración, aunque el resultado final resulta ser decepcionante.
Está destinada a satisfacer a los fans de siempre de Drácula a la par que recuerda a las nuevas generaciones que este Conde fue el primer y el mejor villano monstruoso de la historia del terror en Hollywood.