Una mezcla más o menos entretenida de meta chistes, guiños y lecciones morales, astutamente orientada tanto a la nueva generación de pequeños consumidores como a sus más sofisticados progenitores.
Un drama estelar y sin concesiones. Cuando se distancian de sus restricciones formales, la imaginación se convierte en un término que parece trivial para describir esta película feroz y en ocasiones inescrutable; es un acto de voluntad.
A veces, es como ver 'The Devil Wears Prada' revisada por Ingmar Bergman. Un devastador retrato, gota a gota, de las estructuras de poder que permitieron la existencia de un hombre como Weinstein.
Es tan tierna y sincera que desarmará hasta los instintos más misántropos de los críticos. Kalra actúa con tanta elegancia y carisma natural que es difícil creer que es su debut en la gran pantalla.
Todo sector demográfico se merece tener su ridícula historia de amor imposible. El problema es que esta es demasiado estúpida como para poder funcionar.
Hill es demasiado inteligente para confundir la nostalgia con la narrativa. En vez de eso, logra que 'Mid90s' irradie una energía electrizante y enternecedora; representa a sus chavales con una gran autenticidad.
Parece dar la bienvenida a una nueva ola de cine, una que cuenta historias dolorosamente relevantes sobre la raza, la justicia y la identidad de los millenials. Stenberg lleva con su interpretación el peso de la película.
Una película hermosa y extrañamente olvidable, quizás porque el material que se ha tomado prestado no está a la altura de las ingeniosas creaciones de la mente de del Toro.
La resolución resulta apresurada y confusa, mientras que todo transcurre en un frenesí caótico que el singular y complicado recorrido de 'Amsterdam' y el exagerado elenco estelar no logran justificar.
Podría haber dicho muchas cosas sobre la soledad moderna y la masculinidad tóxica, pero Stearns decide convertir esas ideas en una sátira seca y directa.
Pedir algo de agudeza a una película donde casi no hay representación de personas de color en todo Nueva York, sin mencionar la ausencia de una paloma o de un apartamento en un barrio humilde, resulta probablemente en vano.