Es a la vez una película erótica y un retrato casi descarnado. Y nos introduce en ese mundo que miramos con fascinación y miedo, el de la pornografía, sus triunfos y sus miserias.
No carece de momentos cursis ni de momentos brillantes. El brillo y lo cursi provienen de la misma mente. Es una de esas pequeñas joyas que, una vez descubiertas, se convierten en de culto.
El film se mueve en un constante juego entre el hombre y su leyenda, explorando la dualidad entre el artesano que crea su música y la icónica figura que la interpreta. Además, se destaca como la producción más ambiciosa jamás realizada en Paraguay.
El film es mucho más que el recorrido por la vida de un personaje que logra ver la Gran Historia al sesgo, sino también un recuerdo de lo que fue ese mundo de los sesenta desde el extraño límite entre la gloria y la vida cotidiana.
Aunque en muchos casos suele haber cierta impostura, aquí realmente funciona. Especialmente porque el personaje es cautivador. Además, se trata de una película política que permite entender una sociedad a través de uno de sus artistas.
Spielberg logra la hazaña no solo de poner bajo la lupa todo un sistema político, sino también de reconstruir a un hombre y dejarnos la moraleja a nosotros.
Todo tomado desde la sátira. A pesar de ello, hay momentos de una dureza especial y el propio Stern se muestra muchas veces como un tipo desagradable e inmaduro. Además, hay un villano interpretado por Paul Giamatti que es la banalidad del mal en estado puro.
Paradjanov quiere transmitir la marca cultural del personaje, su contexto, su sentido. Por otro lado, una manera de acercarse a una cultura sin caer en el folclorismo. Una obra maestra.
Si el lector desea comprender lo que significa una película monumental, la mejor manera de hacerlo es a través de esta obra de Abel Gance, su filme más famoso. La película relata la vida de Napoleón con destacado vigor y un impresionante despliegue de producción.
Hazaña terrible de actuación de la dupla Clooney-Roberts: hacer que esta película con guión encontrado en un chicle Bazooka pueda verse hasta el final.
No carece de lugares comunes y a veces opta por las salidas más fáciles para conseguir alguna sonrisa. Pero trata al espectador como un cómplice más de una travesura en lugar de mirarlo desde arriba.
La llave total de la sensibilidad de Burton: para él, el cuento "de terror" es simplemente una variante del cuento de hadas. Esta película es una hermosa, divertida y emotiva representación de esa idea.
No sólo es un ejemplo canónico del estilo de Ozu sino también de cómo emplear el melodrama para contar una historia social de superficie y otra, profunda y universal, al mismo tiempo.
La película ofrece sustos, pero lo que realmente destaca es su capacidad para generar sugestión. El recorrido hacia lo macabro y lo fantástico se desarrolla con elegancia, logrando provocarnos miedo, sin dejar de lado algunos momentos de humor negro.
Película notable y divertida, perversa e irónica. Cronenberg sigue a sus personajes, se ríe de los absurdos y crea una historia densa y poética. Una genialidad.
El gran John Landis se divierte e inventa un nuevo género, el de reírse del terror. “Hombre Lobo Americano” sigue siendo, de todas formas, una gran deconstrucción del cine de horror. Y funciona siempre.