Hay momentos muy buenos y un material de archivo notable. Si bien Arnold expresa sus pensamientos libremente, también demuestra la capacidad de enfrentar recuerdos difíciles y errores de una manera profundamente humana.
Mucho de lo que podría considerarse un defecto se transforma en virtud: no se puede narrar esta especie de monstruo histórico sin caer en lo desmesurado.
Más allá de la calidad musical y la poesía de don Joaquín, es relevante que la película elige una de las sinceridades más notables y divertidas. Sabina sabe cómo moverse en el juego del intérprete, logrando así un retrato auténtico de sí mismo.
Documental que, aunque carece de creatividad formal, está repleto de anécdotas y detalles. Deja en claro por qué el galardonado compositor forma parte de nuestro paisaje cultural, trascendiendo cualquier frontera.
Lo interesante es que el verdadero film es el documento del carisma de una persona cuya imagen es suficiente para lograr esa reacción en el público. Oreiro vuelve extraordinaria incluso una película rutinaria como esta.
Fue una experiencia hermosa, aunque sombría, que utiliza los recursos característicos de una telenovela. La trama conecta el presente con el pasado a través de una relación madre-hija que resulta poco creíble.
Intenta abarcar, y en general lo logra, la compleja vida de una persona que fue sex-symbol, activista política radical, productora cinematográfica. Además de ser ella misma, claro, lo más difícil de retratar, algo que la película logra.
La serie es excelente, no solo por la gran cantidad de material inédito o poco visto, sino porque permite que los testigos expresen sus experiencias sin tomar una postura y sin eludir los momentos difíciles de cada biografiado.
No carece de momentos cursis ni de momentos brillantes. El brillo y lo cursi provienen de la misma mente. Es una de esas pequeñas joyas que, una vez descubiertas, se convierten en de culto.
Spielberg logra la hazaña no solo de poner bajo la lupa todo un sistema político, sino también de reconstruir a un hombre y dejarnos la moraleja a nosotros.
Todo tomado desde la sátira. A pesar de ello, hay momentos de una dureza especial y el propio Stern se muestra muchas veces como un tipo desagradable e inmaduro. Además, hay un villano interpretado por Paul Giamatti que es la banalidad del mal en estado puro.
Si el lector desea comprender lo que significa una película monumental, la mejor manera de hacerlo es a través de esta obra de Abel Gance, su filme más famoso. La película relata la vida de Napoleón con destacado vigor y un impresionante despliegue de producción.