Aunque no está completamente alcanzada y carece de la locura casi caricaturesca del original, ambas poseen una buena química cómica, y la diversión se manifiesta en los momentos adecuados. No hay mucho más que añadir.
'Amor al primer mensaje' no es una película que incite a huir del cine. Aunque carece de momentos que la hagan verdaderamente incómoda, su desarrollo es monótono y poco atractivo, lo que la hace olvidar rápidamente.
Esta película, posible solo tras la denuncia de los horrores del estalinismo, no solo provoca un torrente de lágrimas, sino que también aborda el fascinante tema de la vida cotidiana, un gran pilar del melodrama.
La sensibilidad de la película permite que el tema trascienda la situación de base y nos ofrece una mirada profunda más allá de una simple denuncia. Es una realización notable.
Se trata de una fantasía que se ve continuamente postergada por la inescapable carga de la realidad. La comedia surge más de esta situación que de la exageración, algo que el elenco maneja con gran habilidad.
La película presenta algunos errores, pero permite apreciar el impresionante trabajo de una Nicole Kidman en un papel oscuro. Su actuación destaca como excelente, mucho más allá del maquillaje.
Blier, uno de los cineastas más innovadores y entretenidos, emplea situaciones absurdas para criticar la moral actual, que ha degenerado en corrección política y mentalidad "woke".
Es una obra que representa un auténtico experimento, brindando una nueva mirada sobre la creación de géneros. Además, su capacidad para resultar sumamente entretenida es un mérito digno de destacar.
Sorprendió y conquistó al mundo, sobre todo, por su mezcla de melodrama romántico, casi telenovelón, con tiros y rayos láser. Sigue siendo una especie de contraseña y un fenómeno de culto.