Nada que no se haya visto antes en alguna innoble slasher movie. (...) el relato se vuelve hasta aburrido en lo que trata de elevar el asesinato como una de las bellas artes.
Por desgracia, el guión de Gaviria limita el retrato del brutal macho latinoamericano a una pura vileza. 'La mujer del animal' resulta así monótona y explícita en su intento de ilustrar una cultura misógina.
A pesar de su excentricidad, 'Vicio propio' se adhiere a las convenciones del género negro de detectives. Su desarrollo sigue un ritmo pausado que puede resultar frustrante para quienes no están familiarizados con este estilo. Sin embargo, al igual que en cualquier obra noir que se precie, lo importante aquí no es el qué, sino el cómo se cuenta la
Una realización desigual que puede volverse incomprensible para el neófito en la materia. Pero aún quienes conozcan su obra sentirán que Ferrara se ha quedado corto en su descripción del universo de uno de los artistas italianos fundamentales del siglo XX.
Ordinario thriller que sirve básicamente para manifestar, de nuevo, la recurrente animadversión contra un país que bien podría ser el escenario de un próximo conflicto bélico.
Tal vez debido a la impronta personal, esta es la cinta más emotiva pero también la más indisciplinada de Sorrentino. Como que quiso decirlo todo en sus dos horas y pico de metraje.
Phillips y el coguionista Scott Silver se enfocan en la autocompasión del personaje. La narrativa se centra en resaltar los aspectos tristes de la biografía de Arthur Fleck. Nunca antes el Guasón había sido retratado de una manera tan patética.
No es nada que no hayamos visto en anteriores películas e incluso teleseries, pero Bellocchio le confiere fuerza y aplomo a un relato de casi dos horas y media.
Yazpik, en su papel como director, logra crear un tono naturalista convincente en sus acciones. Sin embargo, un aspecto negativo de la película radica en que, al perseguir un anticlímax, se siente un tanto plana en su tramo final.
La película se pierde entre excesivos números musicales, algunos de los cuales resultan lamentables, ya que canciones populares son entonadas por personas comunes en la calle. Además, el director se obsesiona con efectos visuales que se volvieron tendencia muchos años después.
Para un país que, como el nuestro, ha padecido su epidemia de secuestros, 'El clan' reviste especial interés como reflexión de un fenómeno social de pérdida de valores. Lástima que su punto de vista sea tan turbio.
Las secuencias de violencia son tan abundantes como para entumecer nuestra sensibilidad. Ya no importa quién resulte muerto, pues ese parece ser el destino de la mayoría de los personajes.
Reitman maneja con destreza un argumento que podría caer fácilmente en la cursilería. La música de Rolfe Kent, algo repetitiva, revela esa tendencia, mientras que una serie de desenlaces se esfuerza por ofrecer lo que se podría considerar un final feliz.
Kurzel construye con tensión esa radiografía de un ser patológico basándose en un caso real ocurrido en 1996. En una loable decisión ética, el realizador sólo sugiere el inicio de la masacre.
A pesar de que ha habido diversas representaciones sobre la crisis del sida, '120 battements par minute' presenta una visión europea. Campillo, como activista en su época, logra plasmar un compromiso profundo con el tema, ofreciendo un testimonio auténtico y personal.
Al parecer Zhang ha perdido totalmente la brújula. Lo que antes era sobriedad y economía de gestos se ha transformado en una grandilocuencia sin control.