El equipo de producción y los estudios hicieron bien en mantener intacto el aspecto fundamental del personaje, aprovechando además el humor. Las respuestas, aunque en ocasiones simples, aportan un toque cómico que es característico de este personaje en los cómics.
Un proyecto fílmico divertido, con el timing perfecto para hacer reír de manera inteligente, con actuaciones muy bien logradas que se hacen entrañables.
El trabajo que regalan los actores involucrados es bastante disfrutable debido a la química que se genera en ese cuarteto, que se tuvo que quitar el miedo a hacer el ridículo.
La película cautiva gracias a la conexión entre sus dos protagonistas. Es impresionante que dos actores tan talentosos mantengan la atención del público durante 103 minutos, apoyados por un perro que sobrevive a un trágico accidente.
La premisa es interesante y las actuaciones de Julia Roberts y Lucas Hedges son destacadas y conmovedoras. Sin embargo, en algunos momentos, la narrativa se siente algo monótona, lo que hace que la película no logre alcanzar todo su potencial.
Esta película consigue algo raro: a medida que avanza, los personajes dejan de ser simplemente gays para convertirse en seres humanos con conflictos, temores, anhelos, sufrimientos y amores.
Todo parece ir bien: el argumento suena atractivo, la nostalgia se hace presente, pero en el camino se aprecia una falla que hace que el filme no conecte con el público al cien por ciento.
Esta película representa perfectamente esas producciones destinadas únicamente a entretener y hacer pasar el tiempo. A diferencia de la versión anterior de Gerardo Naranjo con Stephanie Sigman, esta nueva entrega carece de la crudeza que caracterizaba a la original.
La cinta destaca por su alta producción, aunque el argumento y las actuaciones de ciertos personajes transmiten una sensación más cercana a un melodrama típico.
Cruise deja boquiabierta a la audiencia al demostrar, una vez más, de qué está hecho. Vuelve a brillar junto a un elenco en el que Henry Cavill se luce como villano.
Las alusiones a la novela y a la película 'El resplandor' son claras, y la recreación del Hotel Overlook evoca una fuerte sensación de nostalgia, recordando la historia de 1980 que tuvo a Jack Nicholson como protagonista.