La película gana en concentración, al igual que Renée Zellweger, quien se convierte en el eje central de la historia. En cada escena, Zellweger logra encontrar el tono adecuado.
Es de una gran firmeza: Bellocchio maneja con su maestría habitual elipsis y transiciones temporales, que le permiten ir del pasado al presente, ida y vuelta, incluidas paradas intermedias, con una fluidez cuyo secreto sólo parecen conocer los cineastas de su generación.
En el nuevo film de la directora de 'Rosa Luxemburgo', los vicios del cine académico, ese que siente la necesidad de explicarlo todo, luchan con una dificultad esencial, que paradójicamente le aporta sus mejores momentos.
La fluidez, transparencia y economía de su puesta en escena, que no necesita de la parafernalia de efectos especiales a los que se ha abandonado el cine de terror actual para sostener el suspenso y la tensión narrativa.
El apasionante documental El caso Padilla, del cubano Pavel Giroud, viene a echar luz sobre un período particularmente complejo del proceso revolucionario cubano.
Su mejor película en muchos años. Lo que convierte a 'BlacKkKlansman' en una potente crítica política es la manera en la que Spike Lee vincula el proyecto de los racistas de antaño con aquellos que actualmente han llegado a la Casa Blanca a través de las urnas.
Una película que vuelve a demostrar no sólo su extraordinaria capacidad narrativa, que lo ratifica como uno de los grandes cineastas de la tradición clásica, sino también su interés por el barro de la historia estadounidense.
El director utiliza un original recurso dramático que le permite narrar la absurda desproporción de una investigación de la Securitate, la policía secreta de Ceaușescu, y al mismo tiempo reconstruir el espíritu de la época en la que transcurre.
Un film seco, minimalista incluso, pero que con muy pocos elementos es capaz de sugerir la tragedia nacional que se esconde en la caja del camión que al protagonista le toca conducir.
Varias líneas identificativas del universo Eastwood vuelven a manifestarse ahora en 'Invictus'. Sin embargo, estas marcas de autor no garantizan que se trate de una película exitosa.
Como en casi toda película policial francesa, 'La noche del crimen' es un film fundamentalmente masculino. La paradoja es que esta obra, centrada en lo masculino, cuestiona su propio entorno.
Detrás de esa sencillez y sensibilidad con la que el director retrata a su personaje, de alguna manera también está poniendo –incluso sin proponérselo-- la mirada sobre sí mismo, como si el film le devolviera un poco su propia imagen.