Un ejercicio más cerca de la rutina que de la emoción, que apenas permite que la historia respire entre personajes excesivamente esquemáticos. Todo es correcto, pero eso no es suficiente.
Uno de los más brillantes debuts cinematográficos del año. Galter se presenta en su primera película como un cineasta experimentado, logrando que en cada fotograma se respire el desaliento de un hombre condenado.
Spike Lee culmina su guerra contra el orden blanco compone una particular relectura del género bélico en un desenfadado, voraz y anárquico ejercicio de lo mejor de sí mismo.
La actuación de Antonio Banderas es magistral y eleva la película a un nivel de perfección casi inalcanzable. Transmite una depuración y claridad que roza lo sublime. Es, sin duda, un cine perfecto.
Una Kristen Stewart inspirada, certera y muy metida tanto en el papel como en sí misma. El problema es el camino errático de un relato que se agota rápidamente en la cara de desesperación de la víctima. (...) Emotiva y nada más.
Los directores bucean en la parte no contada y menos televisiva del narcotráfico. Entre el sueño, la fábula y la más cruda de las realidades, el resultado es una película admirable y, de nuevo, muy dolorosa.
La delirante y genial obesidad de nuestra estupidez; la idea no es sólo contar la vida de Cheney, sino narrar la nuestra a través de cada una de sus mentiras y ambiciones.
Por momentos, la pantalla se convierte en un espectáculo tenso. Sin embargo, una vez que se ha cumplido el arriesgado planteamiento, la película se encierra en una monótona repetición de gestos protocolarios y miradas al infinito.
Un biopic tan ajustado a la norma como vocacionalmente enfermo. Crece cuando muestra la infección y languidece en la ritual procesión de gestos comunes que exige el género.
Es cine sobre la necesidad de lo otro, de lo extraño, de todo aquello que, desde la sombra, construye y desarma la propia realidad. La cinta navega, de forma literal, sobre la retina del espectador como un animal alucinado.
Una película detenida en su propia perplejidad sin acertar a profundizar más allá que en la piel de lo evidente. Todo es tan correcto que acaba muy cerca de la desesperación.