Profundamente desasosegante. El director nos obliga a contemplar el más salvaje e inexplicable de los actos desde la distancia. (...) un ejercicio de cine tan brutal e irritante como transparente.
Lo poco que se mantiene en pie de 'La doctora de Brest' es gracias a ella [Sidse Babett Knudsen]. Una película tan empeñada en agradar que resulta abrumadora.
Es, por orden: a) la más brillante, por cruel, lectura de la despiadada crisis reciente; b) la prueba irrefutable de que las mejores comedias acaban por doler (...) No lo duden, la mejor comedia en tiempo.
Gitai niega al espectador la posibilidad de descanso, desafección o duda. En esta insistencia y búsqueda de perfección, surge una película que es tanto irritante como reveladora. Por ello, se considera necesaria.
Un drama que oscila entre la intriga y el frenesí, resulta correctamente ejecutado. Sin embargo, carece de elementos que generen entusiasmo, ya que todo parece repetido.
El protagonista fallece debido al SIDA y se organiza una fiesta de despedida. A pesar de la seriedad del tema, Kleiser logra que una trama de melodrama intenso logre un equilibrio perfecto entre la tragedia y el humor.
Un opaco retrato del salvajismo a la temperatura a la que cuecen las pasiones. La sangre no se convierte en un espectáculo ni en una excusa para un tono moralizante; es algo más triste y siniestro, repelentemente familiar.
Visualmente poderosa, quiere ofrecer una interpretación profundamente humana del ser humano. Logra crear un retrato sobrio y conmovedor de temas como el sacrificio.
Chavarrías juega de forma sabia a trazar mundos paralelos tan inverosímiles por momentos como cautivadores. Es una película bella, sugerente y jovialmente anacrónica.
Pomposa e inapetente, esta película se presenta con la apariencia de una relamida producción de prestigio, pero no ofrece nada más. El regreso de Depp es, en este contexto, más bien mediocre, ya que se ve limitado por la calidad del filme que lo acoge.
Una versión tan espectacular como superficial del personaje. Dado el tema que aborda, es prácticamente inevitable esperar que 'Napoleón' ofrezca más que su transformación en Capitán Francia.
Documental eléctrico comparte con el cine de su autor una ironía sutil, una perspectiva inclinada y una inagotable capacidad de asombro. El ritmo puede resultar desafiante para quienes no están familiarizados con el tema, pero muestra un profundo respeto hacia aquellos que veneran a ese dios-diablo.
Del primer al último fotograma, este espectacular y honesto documental es una mezcla de brutalidad y tristeza, además de ser realmente divertido. Es como un alma vomitada en la pantalla.
Decepción. El problema radica en que el amaneramiento forzado termina por eclipsar lo que, en su esencia más cruda, habría requerido una narración más clara.
El espectador no solo sigue la historia de la adolescente, sino que se ve invitado a experimentar su perspectiva. Aunque no se ofrece información nueva, se presenta un enfoque renovado que permite una conexión más profunda con sus vivencias.