El problema, desde luego, no es ni la impecable realización del director ni la acertada y honda interpretación de Mia. La película navega erráticamente entre la indefinición, en la mayoría de las ocasiones, y momentos de emoción.
La cinta se mantiene en un término medio que ni suma ni resta. El director simplemente sigue las convenciones del género con la eficacia necesaria, pero no logra encontrar la esencia de una historia que ha sido repetida en numerosas ocasiones.
Un 'thriller' eficaz que aborda la liberación y sus dificultades; una comedia brillante que explora Hollywood y sus delirios pasados, y un drama, que resulta ser la parte más débil, sobre las penurias de un padre.
Strickland rinde homenaje al 'giallo' en una de las más perturbadoras y excitantes propuesta del año pasado, de la década y del siglo, cualquiera de ellos.
Tim Burton parece decidido a probar los límites del cine aburrido. Algunos de los chistes con Drácula rodeado de hippies logran funcionar. Sin embargo, este es el único aspecto positivo que se puede destacar.
Cuando se limita a ser comedia, acierta; cuando aspira a más, cansa. La falta de enfoque, junto con una ausencia de equilibrio, termina arruinando la película.
Pocas películas recientes inician de manera tan prometedora. Sin embargo, la película termina convirtiéndose en una serie interminable de imágenes que, aunque enérgicas, resultan histéricas y se acercan peligrosamente a la arbitrariedad.
Magistral. La fórmula perfecta del cine emocional, quizás un poco sentimental. Diálogos hilvanados con mucha gracia; una trama en espiral que se agarra al estómago y ofrece interpretaciones memorables.
Con un soberbio guión, el director consigue lo más difícil: que el simple documento se convierta en tragedia. La denuncia social fondea en el poema trágico.
Una extravagancia salvaje que contiene todo: chicas, pistolas, idiotas y explosiones. Es un ejercicio de desmesura, ingenio e imaginación visual, tan desconcertante como abrasivo.
Propone un lírico viaje al pasado, al mito y al corazón de la memoria. Una película inestable, vibrante, única y fugaz, que resulta profundamente original y esencialmente cálida. Una obra maestra.
El director italiano se arriesga en 'Bones and all' a explorar los límites del deseo en una fábula antropófaga tan deslumbrante y atrevida por momentos como finalmente desenfocada