Comedia dramática que explora la condición femenina, la soledad y la ardua tarea de sobrevivir a uno mismo. Con un enfoque desdramatizado, incluye incluso dos huevos duros. Los diálogos son complejos y se presentan en una serie de situaciones poco probables. Aunque es una propuesta arriesgada, no logra acertar del todo.
Simpático y fresco ejercicio de astucia. La relación de pareja en el centro de un tiroteo cruzado de guiños y codazos cómplices, de la mano de un guión que exibe un prodigioso oído para cazar imposturas de jóvenes insatisfechos.
Larraín examina el legado del dictador a medio siglo del golpe de Estado con una visión clara de la farsa, reflejando una seria rigidez ante el disparate. Es una obra salvaje y desinhibida, que se siente alegre en su profunda y divertida desesperación.
Lo propuesto es tan demoledor como libre de marca. Las imágenes funcionan como una enciclopedia simbólica de nuestro tiempo. Por cada aforismo, una pedrada.
Pertenece al género de lo deslumbrante, una pesadilla tan certera y cercana que provoca tanto dolor como diversión. Sorprende la maestría de una puesta en escena que se mantiene constantemente al borde de lo verosímil.
Deslumbrante laberinto barroco, un extraño y delirante trampantojo que combina comedia y tragedia, y terror y melodrama. Es una experiencia gozosa y brutal.
Es una de esas comedias en la que todo está permitido: desde el costumbrismo ligeramente rancio al 'gore' descerebrado pasando por la crítica social. Todo cabe en una celebración, muy civilizada eso sí, de la comedia negra de acento británico, aunque suceda en Estados Unidos.
La película introduce un nuevo género: el 'metathriller'. Todo esto se complementa con un sentido del humor sutilmente estrafalario, característico del cine contemporáneo. Presenta una intriga intensa, caótica y brutal.
Peter Strickland explora su universo fetichista en la hipnótica, divertida y sorprendente 'In Fabric', una película que palpita con cada movimiento y en cada cuchillada.
The square vive toda ella alimentada por la ira, por la necesidad de contarlo todo en cada plano, por vencer por acumulación. Y así pierde buena parte de su fuerza por el caos en el que vive desde el primer plano.
Comedia para quienes no han asistido a una reunión de vecinos, y un drama realista para el resto. Es mordaz, sangrante, cruel y, sobre todo, extremadamente fiel a la realidad.
Enrabietada y violenta invitación al caos. el resultado es más bien difuso. Pierde fuerza cuando se empeña en el discurso más o menos evidente y gana enteros cuando salpica la furia.