Todo transcurre en un estado de excepción que devuelve a las salas de cine la magia del escalofrío. Es una obra efectiva, vibrante y eléctrica que invita a observar la pantalla y dejarse llevar.
Cualquier intento de sensatez es destruido por un guión excesivamente pretencioso. Arranca con una carga emocional y dramática tan intensa que cualquier avance solo puede llevar a una caída. Y, efectivamente, se desploma. Una verdadera lástima.
Delicado prodigio. Es cine carnal, emocionante, con una vibración interior casi hipnótica. Una película memorable que muta a medida que avanza, perfecta, expansiva y dolorosa.
El director de fotografía de obras como "Gente corriente" debuta en la dirección con un thriller que evoca la intensidad de "Fuego en el cuerpo". Resulta ser una propuesta entretenida.
Una obra maestra con el alma helada; un thriller estilizado y profundo en el que el cine americano de gángsteres de los años 40 se cruza con el policíaco francés hasta convertirse en una pieza icónica de la cultura popular de los 60.
Larraín concluye su trilogía sobre las grandes figuras femeninas del siglo XX con un retrato intenso, delicado y lleno de dolor, todo ello sostenido por la extraordinaria actuación de su protagonista.
Legrand transforma el drama del divorcio en una impactante historia de terror. La claridad de la narrativa es impresionante, fluyendo de manera coherente y sin giros inesperados, lo que aporta una notable madurez a toda la película.
Amenábar fusiona elementos de Hitchcock, los relatos de Philip K. Dick y realidades virtuales, junto con una sutil referencia al mito fáustico, para ofrecer un brillante ejercicio que demuestra su madurez como narrador.
Magistral y divertido delirio entregado al placer de contar. Se trata de cuatro historias extrañas, sorprendentes, con un hilo común: la mirada incandescente de un actor que se despide.
Una película caracterizada por su desigualdad, donde destacan las actuaciones de Arriaga y Álex de la Iglesia, quien se atreve con la comedia. La influencia de Kusturica es notable, al igual que la capacidad de Amos Gitai de cautivar al espectador.
Un thriller que combina la crítica social con un ambiente de tensión. El elenco es impresionante y el guion, aunque predecible, logra mantener el interés de manera efectiva.