Superproducción española tan aparatosa e irregular como, al final, cargante. La brillante secuencia inicial pronto se pierde en un tráfago de gestos desmedidos. Eso sí, puestos a naufragar, que sea a lo grande.
Toda la cinta está estratégicamente trufada de hallazgos verdaderamente memorables y no queda otra que rendirse de nuevo al hecho irrefutable de que Nicolas Cage es Nicolas Cage.
Una comedia triste. En todos los sentidos de la palabra. Sin alma, sin una historia que contar, sin aliento. (...) Allen se limita a dejar que los personajes circulen por sus obsesiones.
Comedia dramática que explora la condición femenina, la soledad y la ardua tarea de sobrevivir a uno mismo. Con un enfoque desdramatizado, incluye incluso dos huevos duros. Los diálogos son complejos y se presentan en una serie de situaciones poco probables. Aunque es una propuesta arriesgada, no logra acertar del todo.
Larraín examina el legado del dictador a medio siglo del golpe de Estado con una visión clara de la farsa, reflejando una seria rigidez ante el disparate. Es una obra salvaje y desinhibida, que se siente alegre en su profunda y divertida desesperación.
Pertenece al género de lo deslumbrante, una pesadilla tan certera y cercana que provoca tanto dolor como diversión. Sorprende la maestría de una puesta en escena que se mantiene constantemente al borde de lo verosímil.
Es una de esas comedias en la que todo está permitido: desde el costumbrismo ligeramente rancio al 'gore' descerebrado pasando por la crítica social. Todo cabe en una celebración, muy civilizada eso sí, de la comedia negra de acento británico, aunque suceda en Estados Unidos.
Un drama de época tan peculiar, personal y, por supuesto, turbio que no queda otra que rendirse. Lanthimos acierta a acercarse como nunca antes a sí mismo.
Rara vez la cartelera de cine programa uno de esos instantes de felicidad plena a los que, cinéfilo o lo contrario, conviene entregarse (...) es una comedia tan cerca de la realidad que parece fantástica.
Comedia para quienes no han asistido a una reunión de vecinos, y un drama realista para el resto. Es mordaz, sangrante, cruel y, sobre todo, extremadamente fiel a la realidad.
Magistral ejercicio de hipnotismo. Pablo Berger crea uno de los más audaces y brillantes ejemplos de equilibrio cinematográfico que ha ofrecido el cine español en los últimos tiempos.
Puntillosa y muy aguda. Una autopsia escalofriante de un país entero. Y en medio, los cadáveres de los jueces Falcone y Borsellino. Y en el fondo, Berlusconi.
Hasta esta película, Yimou tejía narraciones con precisión. Ahora, todo ha cambiado. Abordando el tema del capitalismo voraz, se percibe una fractura. La estructura se descompone y la sintaxis se desdibuja. No hay una historia como tal, sino una ironía vibrante y provocadora.
Entre la comedia negra y el frenesí más simple, la película se mantiene en un terreno inestable. No obstante, gracias al talento de los actores, la trama avanza, aunque de manera algo irregular.